En una jornada marcada por la incertidumbre y el temor, las calles de Caracas se mantienen prácticamente vacías en la mañana de este jueves. A pesar de la convocatoria de la líder opositora María Corina Machado a movilizarse a partir de las 10:00 a.m., el ambiente en la ciudad refleja el miedo que paraliza a muchos ciudadanos.
Luis, mototaxista de una de las populares aplicaciones de transporte en Caracas, expresó en Mañanas Blu, con Néstor Morales, su preocupación por la situación actual: “La mayoría de la gente lo que tiene es miedo, porque no sabemos qué vaya a pasar. Quisiéramos salir a marchar, pero tenemos miedo a ser disparados o llevados presos”, aseguró.
Calles desiertas y temor generalizado
A las 9:30 a.m., un recorrido por la avenida Francisco de Miranda, la avenida Urdaneta y otros puntos clave de la capital venezolana evidenciaba una disminución notable en el flujo de personas y vehículos. Las entradas del metro, habitualmente congestionadas, estaban casi desiertas, lo que indica que buena parte de la población decidió no acudir a sus trabajos o a las escuelas.
En el lugar donde se esperaba que se instalara uno de los principales puntos de concentración de la oposición, se observa una gran tarima montada por el oficialismo desde la madrugada. Esta estrategia de ocupar los espacios públicos anticipadamente parece estar diseñada para disuadir a los manifestantes opositores.
Aquí no hay nadie, ni del chavismo ni de la oposición, pero ya está la tarima montada con música a todo volumen
El peso del miedo en la protesta ciudadana
Luis, quien vive en un urbanismo construido por el Gobierno durante la gestión de Hugo Chávez , señaló que el miedo a los colectivos armados es lo que más frena a los ciudadanos de salir a protestar.
“Muchos quisieran salir, pero se retienen porque han visto lo que pasa cuando se enfrentan a los colectivos. Nos intimidan y prefieren no arriesgarse”, dijo.
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La presencia de milicianos y motorizados armados ha sido una constante en las últimas jornadas, lo que refuerza el temor entre los habitantes de la ciudad. Según reportes, más de 10.000 motociclistas fueron desplegados por toda Caracas, enviando un claro mensaje de intimidación.
“El despliegue de los milicianos es lo que más nos preocupa. Sabemos que no dudan en disparar si lo consideran necesario”, añadió otro residente de la zona.
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Una lucha desigual
Desde la perspectiva de analistas y ciudadanos, el panorama es sombrío. Las autoridades gubernamentales controlan los accesos a la capital y limitan la movilidad de los manifestantes con bloqueos y tarimas estratégicamente instaladas en puntos clave.
“Es una lucha muy desigual, porque mientras la oposición intenta manifestarse pacíficamente, el Gobierno despliega grupos armados para disuadir cualquier intento de protesta”, explicó Santiago desde el lugar de los hechos.
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La situación recuerda las muchas jornadas de protesta que han terminado en enfrentamientos violentos y detenciones masivas, generando un temor latente entre los ciudadanos.