La enviada especial de la Agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, la famosa actriz Angelina Jolie visitó este fin de semana a refugiados y desplazados internos del norte Burkina Faso para conmemorar el Día Mundial del Refugiado.
"Estoy aquí para mostrar mi solidaridad con el pueblo de Burkina Faso, que sigue recibiendo a sus hermanos y hermanas desplazados a pesar de los terribles ataques y desafíos; compartiendo lo poco que tienen, en un momento en que otros países con muchos más recursos han cerrado sus fronteras y sus mentes a los refugiados", declaró Jolie en el campamento de Goudoubo, situado en la región del Sahel.
"La verdad es que no estamos haciendo la mitad de lo que podríamos y deberíamos para encontrar soluciones que permitan a los refugiados regresar a sus hogares, o para ayudar a los países de acogida, como Burkina Faso", agregó la estrella de Hollywood.
Durante su estancia en Burkina Faso, Jolie visitó a los desplazados internos en Kaya, localidad a 100 kilómetros al noreste de Uagadugú, la capital y, posteriormente, el campo de Goudebou que acoge a refugiados de Mali, recogió hoy el medio local Burkina24.
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Jolie también se reunió con el presidente burkinés, Roch Marc Christian Kaboré, con quien trató cuestiones humanitarias, incluidas las condiciones de vida de los refugiados y desplazados internos.
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También habló con Kaboré sobre cómo contribuir al cine burkinés al ser Burkina Faso el país en el que se celebra cada dos años el Festival Panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú.
Burkina Faso es uno de los países más afectados por la inseguridad y la violencia yihadista, que ha ocasionado desde 2019 que más de 1,2 millones de personas huyan de sus hogares.
El ataque más mortífero de la historia reciente de Burkina Faso tuvo lugar en la noche del 4 al 5 de junio de este año, cuando al menos 160 personas murieron en la localidad de Solhan, en la región norteña del Sahel, tras ser atacada por hombres armados.
El ataque no fue reivindicado, pero Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao (norte), que aún sigue desaparecido.
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La región más afectada por la inseguridad en Burkina Faso es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque también se ha expandido a provincias limítrofes, como la región Centro-Norte, y al este del país desde el verano de 2018.
Los atentados se atribuyen al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en países vecinos con los que Burkina Faso comparte frontera, como Mali y Níger.