Estados Unidos, Australia y Reino Unido instaron este jueves a sus ciudadanos a salir inmediatamente de la zona del aeropuerto de Kabul debido a la amenaza terrorista existente contra este punto, la única puerta de salida del país para miles de afganos que intentan, desesperados, entrar en los vuelos de evacuación organizados por países occidentales.
Aunque cerca de 90.000 afganos y extranjeros han sido evacuados por aire desde que el movimiento islamista radical de los talibanes retomó el poder el 15 de agosto, todavía hay una multitud congregada dentro y alrededor del aeropuerto.
La desesperación crece por la disminución de los vuelos disponibles para abandonar el país y la cercanía del plazo del 31 de agosto fijado por el presidente estadounidense, Joe Biden, para completar las evacuaciones y retirar a sus soldados que se encargan de la seguridad en el aeropuerto.
Para mayor desespero, el gobierno estadounidense, el británico y el australiano emitieron avisos simultáneos sobre el riesgo de ataques terroristas en la zona del aeropuerto y pidieron a sus ciudadanos no acercarse.
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El departamento de Estado norteamericano citó "amenazas de seguridad", aunque no precisó su origen ni su naturaleza.
El ministro de Defensa australiano Andrew Hastie dijo en una radio de su país que "el riesgo de un ataque suicida con explosivos es muy elevado".
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Este jueves, el gobierno británico aseguró que la amenaza era "muy seria" e "inminente" y pidió a sus ciudadanos que eviten la zona aunque aseguró que las evacuaciones no se suspenden y que habrá vuelos que despegarán durante la jornada del jueves.
Amenaza de Estado Islámico
Varios países habían solicitado a Estados Unidos aplazar la retirada de Afganistán hasta terminar la evacuación de todos los extranjeros y afganos bajo su protección, pero Washington se negó.
Entre sus motivos, Biden apuntó a la "aguda" amenaza terrorista de la rama regional del grupo yihadista Estado Islámico (EI), responsable de algunos de los ataques más mortíferos en Afganistán y Pakistán en los últimos años.
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EI ha masacrado a civiles en los dos países en mezquitas, santuarios, plazas y hasta hospitales, y ha tomado también como blanco a musulmanes de facciones que considera herejes, incluidos los chiitas.
Aunque EI y los talibanes son sunitas de línea dura, también son rivales entre ellos.
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El EI criticó el acuerdo entre EE.UU. y los talibanes que en 2020 trazó las líneas de la retirada de las tropas extranjeras y acusó a los talibanes de abandonar la causa yihadista. Desde que se hicieron con el poder en Kabul, varios grupos yihadistas felicitaron a los talibanes, pero no el EI.
En su retorno al poder, los talibanes prometieron un cambio respecto al régimen impuesto entre 1996 y 2001, en el que se aplicó una interpretación muy rigurosa y radical de la ley islámica.