Alemania registró ese domingo su séptimo máximo nivel consecutivo de incidencia, con 289,0 casos por siete días y 100.000 habitantes, y superó la barrera de los cinco millones de contagios por la covid-19.
El Instituto Robert Koch (RKI) de virología verificó en las últimas veinticuatro horas 33.498 contagios, lo que deja en 5.021.469 el total de casos confirmados en toda la pandemia.
La cifra diaria de fallecidos con o por covid-19 fue de 55 víctimas, lo que sitúa el total de víctimas mortales por el coronavirus en el país en 97.672.
Desde el estamento político, especialmente los "Länder" más afectados, se suceden las llamadas de apremio al gobierno central a articular medidas drásticas para contener la cuarta ola de contagios.
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Expertos y virólogos han instado tanto al gobierno saliente de la canciller Angela Merkel como a la futura coalición del socialdemócrata Olaf Scholz a actuar de inmediato.
El relevo en el poder se hará efectivo presumiblemente en la segunda semana de diciembre, pero la pandemia "no admite demoras", según un informe interno de la situación en los estados federados, difundido por los medios del grupo "Funke"
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Merkel dirigió ayer un mensaje a sus conciudadanos alertando de la situación y pidió un "esfuerzo nacional" para contener la ola de contagios.
El próximo jueves hay convocada en la Cancillería una reunión entre el Gobierno federal y los poderes regionales para consensuar medidas más estrictas en todo el país.
No se prevé, sin embargo, ni un cierre de la actividad pública a escala nacional ni implantar la obligatoriedad de vacunarse, tampoco en los sectores profesionales más sensibles.
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Tanto colectivos médicos como líderes regionales temen que la cuarta ola adopte dimensiones mayores que las anteriores.
"La pandemia me preocupa ahora más que nunca", afirmó la presidenta de la Asociación de Médicos, Susanne Johna. "Esta cuarta ola va a provocar más muertos de lo que hasta ahora conocimos", afirmó el primer ministro del "Land" de Sajonia, Michael Kretschmer, al dominical del popular diario "Bild".
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Sajonia, en el este del país, es el estado federado con el mayor nivel de incidencia, 569 casos semanales por 100.000 habitantes. En varios distritos se ha superado la barrera de los 1.000 contagios, mientras desde hospitales y clínicas se alerta de la saturación de sus unidades de cuidados intensivos.
La futura coalición de Scholz, integrada por socialdemócratas, verdes y liberales, presentó hace unos días en primera lectura ante el Bundestag (Parlamento federal) un proyecto de ley contra la pandemia.
Se espera que la próxima semana sea aprobada por la cámara, pero antes que ello se avanzan ya en los medios modificaciones con medidas más drásticas. Tanto el gobierno saliente como destacados expertos calificaron el proyecto presentado de insuficiente.
Tal como ocurre en otros países vecinos, como Alemania no ha conseguido, pese a las reiteradas llamadas de sus políticos, motivar a los ciudadanos que aún no se han vacunado a hacerlo. Hasta el viernes, la tasa de ciudadanos con la pauta completa era del 67,5 %.
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Ayer sábado, en distintos puntos del país empezaron a observarse colas en centros de vacunación, como no se veía desde hace meses.
El lunes entrarán en vigor restricciones más severas a escala regional para los no vacunados, que no podrán acceder a bares, restaurantes, piscinas públicas y otros espacios cerrados en parte del país.