"No puedo soportarlo, me está matando. Es una sentencia de por vida", dice a la AFP Becca, cuyos dos hijos pequeños fueron dados en adopción contra su voluntad tras huir de una pareja que la maltrataba. Un escándalo que sacude desde hace décadas al Reino Unido.
Una comisión parlamentaria urgió el viernes al gobierno británico a pedir disculpas oficialmente por los hijos de madres solteras que fueron dados en adopción por la fuerza entre 1949 y 1976 en Inglaterra y Gales. El informe estima que más de 185.000 niños de madres solteras fueron adoptados en ese periodo.
Pero según las oenegés el fenómeno continúa.
"Hace tiempo que deberían haberse pedido disculpas por las adopciones forzadas del pasado. Pero el escándalo de las adopciones forzadas está lejos de haber terminado", denuncia Anne Neale, responsable de Action for Women.
Publicidad
Los padres y las asociaciones lamentan que la ley británica se centre sólo en el bienestar del niño, ignorando el trauma y la violencia que sufren las madres despojadas de sus bebés.
Sarah, originaria de la ciudad escocesa de Fife, perdió la custodia de su hija de forma permanente cuando escapó a una relación de maltrato.
Publicidad
"Intenté suicidarme tres veces, simplemente no quería seguir en este mundo", explica.
Lo único que le queda de su hija son fotos. "Estoy deprimida. Estoy de luto. Es esa necesidad de abrazarla, de ser madre, y no poder. Es la peor sensación del mundo", asegura.
"Es como si me castigaran por haber sido maltratada", agrega.
Neale asegura que el temor a que les quiten a sus hijos de forma permanente y los den en adopción impide a algunas madres buscar ayuda cuando se encuentran en situaciones difíciles.
Publicidad
"Bola de cristal"
Los diferentes países europeos imponen condiciones más o menos estrictas para autorizar un adopción sin el consentimiento de los padres biológicos. Pero según Claire Fenton-Glynn, profesora de la Universidad de Cambridge, "pocos países -si es que hay alguno- ejercen este poder tanto como los tribunales ingleses".
Publicidad
Las adopciones nacionales -con o sin consentimiento de los padres- fueron 5.050 en 2013 en Inglaterra y Gales, frente a 3.293 en Alemania y 730 en Francia, según un estudios europeo. En España, según estadísticas oficiales, 770 niños fueron adoptados en 2013, año excepcionalmente alto comparado con los 525 de 2014 y los 542 de 2020.
En los últimos cuatro años en el Reino Unido, se adoptaron anualmente una media de 1.500 niños contra los deseos de sus padres biológicos, según cifras del gobierno británico.
La ley establece que un juez sólo necesita estar convencido de que existe un riesgo de daño futuro para aprobar la retirada de la custodia, en lugar de que se le presenten pruebas de abuso o negligencia.
Las madres denuncian una política de "bola de cristal".
Publicidad
"En derecho de familia, eres culpable hasta que demuestres que eres inocente", dice Sue Callaghan, que ha escrito un libro, "Taken", sobre la lucha para que no le quitasen a a su hijo.
"Es orwelliano", denuncia Maggie Melon. Las madres "pierden a sus niños pero no tienen una tumba" donde recogerse, dice esta asistente social.
Publicidad
Aunque siente "mucha simpatía por las madres que se enfrentan a numerosos problemas, nuestra legislación se basa en lo que es mejor para el niño", explica Julie Selwyn, profesora de educación y adopción en la Universidad de Oxford. "Ese es el dilema".
Le puede interesar:
Bombas de relojería
Becca, que vive cerca de Birmingham, en el centro de Inglaterra, ya ha visto a dos de sus hijos ser adoptados y está luchando para que no lo sean los otros dos actualmente en familias de acogida.
Publicidad
Explica que huyó del Reino Unido a Alemania, donde se quedó embarazada de su quinto hijo, pero los servicios sociales británicos se pusieron en contacto con las autoridades alemanas y se llevaron a su hija.
"Sueño con ellos", dice esta mujer que pasó ella misma gran parte de su infancia en centros de acogida.
Publicidad
A Kellie, que vive cerca de Portsmouth, en el suroeste de Inglaterra, le quitaron tres de sus hijos, pero le permitieron quedarse con los dos últimos. Frustrada, dice que tuvo ganas de quitarse la vida.
"Todo el mundo está frustrado" y " somos todos bombas de relojería", advierte.
Por su parte, Neale pide más recursos para ayudar a las madres con problemas.
Si un "niño va al colegio con la ropa sucia, no desayuna... está vinculado a la pobreza, pero se confunde con negligencia", afirma.
Publicidad
Algunos trabajadores sociales y activistas también se preguntan qué puede ocurrir cuando los niños adoptados se enteran, siendo adultos, de que sus padres biológicos no querían darlos en adopción.
"Va a ser un escándalo", dice la trabajadora social y académica Brid Featherstone.
Publicidad
Escuche el podcast Cómo como: