La muerte de tres niñas durante el acuchillamiento múltiple que ocurrió este lunes en un centro recreativo de Southport (noroeste de Inglaterra) perpetrado por un joven de 17 años, que ha sido acusado de asesinato, desató una ola de violencia en el Reino Unido alentada por grupos de ultraderecha e islamofóbicos.
El adolescente, identificado como Alex Rudakubana y acusado del asesinato de las tres niñas y el intento de asesinato de una decena de personas más -ocho de ellas menores-, compareció por primera vez este jueves ante la Corte de Magistrados de Liverpool, donde el tribunal presentó formalmente los cargos contra el joven británico.
Su identidad fue preservada hasta este jueves, debido a las restricciones impuestas por las autoridades al tratarse de un menor de edad, aunque de acuerdo con las informaciones de la BBC, Rudakubana nació en Gales y residía en el noroeste inglés desde 2013, pero sus padres son de origen ruandés.
Rudakubana se encuentra en prisión preventiva en un centro de detención juvenil y deberá comparecer de nuevo para su declaración de culpabilidad el próximo 25 de octubre ante el Tribunal de la Corona de Liverpool, encargado de atender delitos graves, que incluyen asesinato, violación y robo a mano armada.
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Según relató la policía, Rudakubana entró el pasado lunes con un cuchillo al centro recreativo de Southport durante un taller de yoga y baile dedicado a la artista Taylor Swift y asesinó a puñaladas a Alice Dasilva Aguiar, de 9 años; Bebe King, de 6; y Elsie Dot Stancombe, de 7, además de dejar heridos a otros ocho menores y dos adultos.
Los orígenes raciales y religiosos del asesino de las niñas en Southport suscitaron muchas especulaciones y desinformación que, a través de las redes sociales, varios grupos de ultraderecha relacionaron directamente con los problemas de inmigración del país y con la comunidad musulmana.
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Disturbios violentos
Tras el ataque, se desataron disturbios en algunas ciudades de Inglaterra, y más de 100 personas fueron detenidas en una protesta anoche en el centro de Londres, mientras que también hubo disturbios en las ciudades inglesas de Hartlepool, Mánchester y Aldershot.
"Es una vergüenza que algunos hayan intentado utilizar esta tragedia como una justificación de su propia violencia y criminalidad", dijo el comisario de la Policía Metropolitana de Londres Matt Twist, tras los altercados en la capital.
El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció este jueves en rueda de prensa la creación de una nueva unidad policial para atajar las protestas violentas y aseguró que el Ejecutivo tomará "todas las medidas necesarias" para salvaguardar las calles del país y evitar que se repitan las escenas de días anteriores.
"No vamos a permitir el miedo y el odio en nuestras comunidades. No son protestas, son desórdenes violentos", dijo Starmer, que subrayó su apoyo a la comunidad musulmana e insistió en que estos altercados están alentados por grupos de extrema derecha e islamofóbicos "que atacan mezquitas, tiran bengalas a una estatua de Winston Churchill o hacen saludos nazis".
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Starmer se reunió esta tarde con varios portavoces de las fuerzas de seguridad británicas en su residencia oficial de Downing Street para agradecer su labor, poner en común una "respuesta coordinada" a las manifestaciones violenta y comentó que los que estaban pagando el precio de la desinformación son los padres y madres de las víctimas de Southport, que "merecen justicia" y tiempo para pasar el duelo.