El suicidio del actor Lee Suk-kyun , que era investigado por supuesto consumo de drogas , sigue copando el foco en Corea del Sur con la celebración de las exequias y críticas hacia la presión ejercida sobre el intérprete, no solo por las autoridades, sino también en medios y redes sociales.
La capilla ardiente de Lee fue instalada ayer en el Hospital de la Universidad Nacional de Seúl y recibió hoy numerosas visitas de actores de cine y televisión o de artistas de la industria musical.
Pesos pesados de la interpretación en el país asiático como Ha Jung-woo, Sol Kyung-gu, Jung Woo-sung o Lee Jung-jae hicieron acto de presencia en una capilla ardiente que preside la viuda de Lee, la también actriz Jeon Hye-jin con quien tuvo dos hijos varones.
Lee, de 48 años y que ganó fama global por su papel en la oscarizada película "Parásitos ", fue encontrado inconsciente en el interior de su automóvil el miércoles junto a una briqueta de carbón, un producto mortalmente tóxico si se quema en un espacio sin ventilación y que tristemente muchos surcoreanos usan para quitarse la vida.
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El actor dejó una nota en la que decía sentirse superado por la circunstancias en torno a la investigación sobre su supuesto uso de drogas que arrancó en octubre y en la que consideraba que quitarse la vida era "la única solución".
Lee estaba siendo investigado bajo sospecha de haber consumido marihuana y otras drogas como ketamina en la residencia de una 'hostess' (chica de alterne) que trabaja en un bar de lujo en Seúl en varias ocasiones desde principios de año.
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El actor se había sometido a tres interrogatorios, el más reciente el pasado fin de semana en el que fue cuestionado durante 19 horas, y había dicho a los investigadores que la mujer lo había engañado para consumir las sustancias.
Lee dio negativo en drogas en la prueba de reactivos a la que se sometió durante la investigación, así como en un test de laboratorio realizado por el Servicio Forense Nacional en noviembre.
El intérprete había presentado el martes una solicitud al departamento de policía que lleva la investigación para someterse a la prueba del polígrafo, alegando su inocencia y hoy se supo que la policía denegó la petición.
La dureza con la que el departamento de policía de la ciudad de Incheon (al oeste de Seúl), encargado de la investigación, gestionó su caso ha sido criticado en redes sociales o medios de comunicación.
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En ese sentido, el propio departamento reconoció que no permitió a Lee acudir a ninguno de sus interrogatorios sin tener que comparecer ante los medios, un derecho que en realidad le garantizaba la ley surcoreana.
Su muerte también pone de relieve la dureza con la que Corea del Sur castiga el uso de narcóticos en un momento en que el actual Gobierno se ha comprometido además a reforzar los castigos y la prevención después de que en los últimos años se haya producido un aumento del consumo en el país asiático.
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Muchas de las críticas se han vertido hoy también sobre ciertos medios de comunicación en internet o "youtubers" que desde hace meses comenzaron a hacer circular información no contrastada y rumores sobre el caso, incluyendo la reciente publicación de una supuesta llamada entre Lee y la "hostess" que apuntaría a que ambos mantenían una relación amorosa.
Del mismo modo, el suicidio de Lee ha vuelto a poner de relieve la enorme presión social que existe en Corea del Sur sobre los artistas, a los que se exigen comportamientos modélicos, y que en muchos casos ha terminado con actores o cantantes quitándose la vida debido a las enormes exigencias que perciben.
Los especialistas remarcan que las muertes por suicidio nunca tienen un único detonante, sino que son el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento.
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