El 11 de septiembre de 1973, Chile se encontraba en medio de una crisis abrumadora. El palacio presidencial ardía, el presidente Salvador Allende yacía sin vida y los militares habían tomado el control del país. Este acontecimiento, conocido como el Golpe de Estado, marcó el inicio de una dictadura que perduraría durante 17 años, hasta 1990.
1) La Juventud y la Memoria
El 70 % de los chilenos actuales nació después del Golpe de Estado. Para muchos jóvenes, el legado de aquel período es una parte borrosa de la historia. Sin embargo, las encuestas revelan que el 60 % de los jóvenes nacidos en democracia tienen una visión negativa de Augusto Pinochet, mientras que solo el 12 % lo ven de manera favorable.
Cristian Duarte, un programador de 25 años, expresó su opinión: "El general se tomó la Presidencia y la nación, y lo hizo en base a sus pensamientos. No creo que haya estado bien". Por otro lado, Alexander Bustamente, un estudiante de secundaria de 18 años, tiene una perspectiva diferente: "Algunos le llaman dictador, pero igual hizo cosas buenas".
Fueron precisamente los jóvenes quienes sacudieron a Chile en 2019 con protestas masivas por la desigualdad, que había sido incubada por el modelo neoliberal impuesto durante la dictadura. A pesar de la llegada al poder del gobierno de izquierda de Gabriel Boric, que intentó cambiar la Constitución, el Partido Republicano de extrema derecha tomó las riendas en las urnas y lidera un nuevo proceso constituyente.
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La opinión de los jóvenes chilenos sobre el Golpe y la dictadura tiende a ser vista como una cuestión del pasado, no del futuro, según Rodrigo Espinoza, analista de la Universidad Diego Portales.
2) El Péndulo Político
Hoy en día, Chile está gobernado por las fuerzas políticas que representan el legado de Salvador Allende, mientras que el Partido Republicano, que reivindica a Pinochet, ha ganado protagonismo. Ambos personajes históricos han vuelto a la palestra política.
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Un 40 % de los chilenos cree que Allende fue responsable del Golpe de Estado, mientras que la mitad de la población tiene una imagen negativa del general Pinochet, según el estudio de Activa Research.
En plena Guerra Fría, Allende buscó implementar el socialismo en Chile, lo que atrajo la atención a nivel internacional, pero también generó la oposición de Estados Unidos, que apoyó el Golpe militar para prevenir la expansión del comunismo en la región.
La figura de Allende ha resurgido en la visión de "millennials" como Boric, quienes tienen una percepción más bien mítica y positiva de un presidente que se enfrentó a una dictadura militar.
3) Las víctimas y la búsqueda de Justicia
La dictadura dejó un oscuro legado de represión y violación de derechos humanos. Se estima que 1.747 personas fueron ejecutadas y 1.469 detenidas y desaparecidas. A día de hoy, 1.162 desaparecidos aún no han sido encontrados, y su búsqueda es una tarea asumida por el Estado chileno.
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Emilia Vásquez, madre de Miguel Heredia, un militante de izquierda desaparecido en 1973, expresó su dolor: "Cuando me dijeron que lo habían tirado al mar, fue lo más impactante, porque siempre quise encontrarlo con vida".
La justicia comenzó a investigar las violaciones de derechos humanos en 1998, y aproximadamente 250 agentes de la dictadura están actualmente condenados y en prisión, incluyendo a los responsables de la tortura y el asesinato del cantautor Víctor Jara.
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En contraste, Augusto Pinochet murió en 2006 a los 91 años sin enfrentar la cárcel ni un juicio.
A 50 años del Golpe de Estado en Chile, las heridas del pasado siguen latentes en la memoria colectiva del país. La juventud se debate entre el desconocimiento y la necesidad de aprender de la historia, mientras que la política sigue siendo un reflejo de las tensiones que se gestaron en ese oscuro período. La búsqueda de justicia y la preservación de la memoria de las víctimas continúan siendo desafíos clave en la sociedad chilena actual.