Un reciente informe de Amnistía Internacional (AI) puso en el foco a varias marcas reconocidas de carros eléctricos (VE), incluyendo BYD, Renault y Chevrolet, al quedar rezagadas en un importante ranking sobre derechos humanos en la industria.
El estudio, titulado Recharge for Rights, evaluó las políticas de diligencia con respecto a los derechos humanos de 13 fabricantes líderes de VE, analizando su compromiso y transparencia en la gestión de riesgos asociados a sus cadenas de suministro de minerales.
Ranking por marcas de vehículos eléctricos
El ranking, que otorga una puntuación máxima de 90 puntos, mostró resultados preocupantes. BYD, el fabricante más grande de carros eléctricos a nivel mundial, quedó en el último lugar con apenas 11/90 puntos.
Según Amnistía Internacional, la marca china presentó una falta alarmante de transparencia en sus cadenas de suministro, lo que genera preocupación sobre el origen de los minerales usados en sus baterías y el posible impacto negativo en las comunidades donde se extraen.
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"Si bien se han registrado algunos avances, en general, las puntuaciones fueron una decepción masiva. BYD, una de las empresas de vehículos eléctricos más grandes y de más rápido crecimiento, ocupó el último lugar en nuestra evaluación. Sus divulgaciones muestran una grave falta de transparencia en cuanto a la diligencia en materia de derechos humanos en sus cadenas de suministro de baterías", reiteró Agnès Callamard, secretaria general de AI.
Por el contrario, el ranking de Amnistía Internacional es encabezado por Mercedes-Benz, que obtuvo 51/90 puntos, seguido de cerca por otras marcas como Tesla y BMW. Sin embargo, el informe fue crítico incluso con los líderes, señalando que ninguna empresa logró superar el 51 % de la puntuación total.
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Las marcas que quedaron en las últimas posiciones reflejan un panorama más alarmante:
- Mercedes-Benz: 51/90
- BMW: 46/90
- Ford: 42/90
- Stellantis: 41/90
- Tesla: 39/90
- Volkswagen (VW): 38/90
- Renault: 36/90
- General Motors (Chevrolet): 34/90
- Geely Auto: 25/90
- Hyundai: 24/90
- Mitsubishi Motors: 21/90
- BYD: 11/90
"El enorme aumento de la demanda de los metales necesarios para fabricar baterías de vehículos eléctricos está ejerciendo una presión enorme sobre las comunidades afectadas por la minería", puntualizó la secretaria General de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.
Hyundai, Renault y Chevrolet no convencen
Si bien Hyundai, Renault y General Motors (la casa matriz de Chevrolet) obtuvieron puntuaciones más altas que BYD, también fueron criticadas por su falta de evidencia clara sobre la implementación efectiva de sus compromisos en derechos humanos.
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El informe señala que, aunque estas empresas han declarado estar comprometidas con políticas responsables, sus prácticas reales no reflejan una integración completa en sus operaciones, especialmente en la identificación de riesgos y el mapeo de la cadena de suministro.
"Los abusos de derechos humanos vinculados a la extracción de minerales para la transición energética son alarmantes y generalizados, y la respuesta de la industria es gravemente deficiente", agregó Callamard.
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La industria de los VE, bajo la lupa
Amnistía Internacional señaló que la creciente demanda de minerales necesarios para fabricar baterías, como el cobalto y el níquel, está generando una presión insostenible en las comunidades que viven cerca de las minas, muchas veces en condiciones que violan los derechos humanos.
El informe resalta la urgencia de que los fabricantes de vehículos eléctricos asuman una mayor responsabilidad en sus cadenas de suministro, para evitar que la transición energética deje una huella de explotación y abuso.