En 1956, Germán Montoya Vélez fundó la Fábrica Colombiana de Automotores con el propósito de fortalecer el músculo industrial del país. Desde sus inicios, la empresa se dedicó al ensamble y comercialización de vehículos en Colombia, manifestando así el deseo de construir país y generar oportunidades para las personas.
Su inauguración oficial estuvo a cargo del entonces presidente de la República Alberto Lleras Camargo y tres años después salió a la venta el Coronet 440, el primer carro producido en Colombia.
La historia de la compañía dio un giro en 1979, cuando General Motors Corporation adquirió su operación, marcando un hito en la industria automotriz nacional al iniciar el ensamblaje de automóviles Chevrolet al año siguiente.
Para el año 2003, GM Colmotores había alcanzado la producción de 500.000 unidades de Chevrolet y había obtenido la certificación ISO 9001:2000 en reconocimiento a sus rigurosos estándares de calidad.
En 2005, se lanzaron al mercado modelos emblemáticos como el Chevrolet Optra, Aveo y Spark, todos ensamblados íntegramente en Colombia. El Chevrolet Aveo se convirtió en la referencia más vendida en la historia de la marca en el país, con 194.562 unidades entregadas entre 2005 y 2014.
Publicidad
El año 2010 fue crucial, ya que se creó la Fundación Chevrolet, un vehículo de inversión social para impactar positivamente y transformar comunidades en el país. Además, Chevrolet celebró la producción del millón de unidades en Colombia.
En 2013, la empresa inauguró Zoficol, la primera planta de fabricación de carrocerías para vehículos Chevrolet en el país. Esta planta permitió el lanzamiento en 2014 del primer automóvil fabricado en Colombia: el Chevrolet Sail.
Publicidad
Cierre de planta de General Motors en Colombia
La empresa anunció este viernes, 26 de abril, su retirada definitiva de la fabricación de vehículos en Colombia, lo que implicará el cierre de su planta Colmotores y el despido de por lo menos 800 trabajadores. La decisión, enmarcada en una reestructuración corporativa, ha generado preocupación entre las autoridades y los sindicatos, quienes temen por el futuro de los empleados afectados.