La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) solicitó este jueves “medidas urgentes” ante la disminución continua de la cuota de mercado de los carros eléctricos en la Unión Europea, describiendo esta situación como una señal “extremadamente preocupante” para la industria y los responsables políticos.
La ACEA emitió este llamado el mismo día en que informó sobre una fuerte caída en las ventas de coches eléctricos en agosto, con una reducción de casi un tercio de su cuota de mercado, así como una disminución del 18.3 % en las matriculaciones de automóviles nuevos en la Unión Europea.
El anuncio coincide con la reunión en Bruselas entre el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de comercio, Valdis Dombrovskis, y el ministro chino Wang Wentao para discutir sobre los aranceles que la UE busca imponer a los vehículos eléctricos chinos.
Esta cuestión ha generado divisiones entre los países de la Unión y ya fue abordada previamente por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante su reciente visita a China.
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En su comunicado, los fabricantes de automóviles europeos instaron a las instituciones de la UE a presentar medidas de alivio antes de que entren en vigor los nuevos objetivos de CO2 para carros y furgonetas en 2025.
También pidieron adelantar a 2025 la revisión de la normativa sobre emisiones para vehículos ligeros y pesados, prevista actualmente para 2026 y 2027, respectivamente.
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La ACEA subrayó que la industria apoya el Acuerdo de París y los objetivos de descarbonización del transporte para 2050, y que ha invertido miles de millones en electrificación.
Sin embargo, señalaron que la falta de infraestructura de carga, un entorno competitivo de fabricación, energía verde asequible, incentivos fiscales y un suministro seguro de materias primas y baterías son obstáculos para la transición a los vehículos de cero emisiones.
Además, los fabricantes advirtieron que el crecimiento económico, la aceptación del consumidor y la confianza en la infraestructura no han avanzado lo suficiente, lo que dificulta el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para automóviles y furgonetas en 2025.
Las normas actuales, según la ACEA, no consideran los cambios geopolíticos y económicos recientes, lo que podría resultar en multas multimillonarias para el sector.
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Esto podría afectar la competitividad de la industria automovilística europea y llevar a recortes en la producción, pérdidas de empleo y una cadena de suministro debilitada.
“La industria no puede permitirse el lujo de esperar a la revisión de las regulaciones de CO2 en 2026 y 2027; necesitamos acciones urgentes y significativas ahora para revertir la tendencia a la baja, restaurar la competitividad de la industria de la UE y reducir las vulnerabilidades estratégicas”, alertó la ACEA en su comunicado.
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