La cremallera es una pieza clave del sistema de dirección de un carro, ya que su función principal es hacer que el movimiento del volante coordine con dirección del vehículo. Es responsable de transmitir la fuerza del conductor a las ruedas, lo que permite girarlas en la dirección deseada.
La cremallera de dirección está compuesta por una barra dentada llamada cremallera y un piñón que se encuentra en el extremo de la columna de dirección. Cuando se gira el volante, el piñón engrana con la cremallera, lo que provoca un movimiento lineal que dirige las ruedas delanteras hacia la izquierda o hacia la derecha.
Existen ciertos comportamientos y prácticas cotidianas que pueden causar daños en la cremallera de dirección en un corto periodo de tiempo:
- Conducción agresiva: como frenazos bruscos, aceleraciones violentas y giros abruptos, puede ejercer una presión excesiva sobre la cremallera de dirección. Esto puede provocar desgaste prematuro y daños en los componentes, lo que afecta su funcionamiento y durabilidad.
- Conducción en caminos en mal estado: circular frecuentemente por carreteras en mal estado, llenas de baches, hoyos o superficies irregulares, puede poner una tensión adicional en la cremallera de dirección. Los impactos repetidos pueden causar daños en los sellos y las juntas, lo que puede resultar en fugas de líquido de dirección y un rendimiento deficiente del sistema.
- Falta de mantenimiento: puede contribuir al desgaste, es importante seguir las recomendaciones del fabricante del vehículo para realizar los servicios de mantenimiento programados, como el cambio regular del líquido de dirección. Además, es esencial realizar inspecciones periódicas para detectar posibles problemas y realizar ajustes o reparaciones necesarias.
- Impactos frontales: incluso un impacto moderado puede resultar en desalineación, deformación de la barra dentada o daños en los componentes internos. En estos casos, es necesario realizar una inspección exhaustiva y, posiblemente, reemplazar la cremallera de dirección afectada.
Algunas señales de que es necesario programar una revisión por problemas en la dirección pueden ser dificultad para girar el volante, ruidos inusuales o fugas de líquido de dirección.
Publicidad
Le puede interesar: ¿Problemas con el pie izquierdo al pasar de carro mecánico a automático?