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¿Cuál es la función del sensor de oxígeno en un carro?

Conozca uno de los elementos cruciales para la vida útil del motor y el óptimo desempeño del carro.

Carro con el motor destapado
Carro con el motor destapado
Foto: Tomada de Microsoft Bing, creador de imágenes

El sensor de oxígeno, también conocido como sensor de O2 o sensor lambda, es un componente clave del sistema de control de emisiones de un carro. Su función principal es monitorear la cantidad de oxígeno presente en los gases de escape del motor y proporcionar información precisa a la unidad de control (ECU).

El sensor de oxígeno se encuentra típicamente en el sistema de escape, cerca del colector o el convertidor catalítico. Hay dos tipos comunes de sensores de oxígeno utilizados en los vehículos: el sensor de oxígeno de banda ancha y el sensor de oxígeno de banda estrecha.

El sensor de oxígeno de banda ancha es el tipo más avanzado y se utiliza en vehículos más modernos. Este sensor mide con precisión la cantidad de oxígeno en los gases de escape y proporciona una señal de voltaje proporcional a la cantidad de oxígeno presente. La ECU utiliza esta información para ajustar la mezcla de combustible y aire en tiempo real, asegurándose de que el motor funcione de manera óptima en términos de rendimiento y emisiones.

Por otro lado, el sensor de oxígeno de banda estrecha es un diseño más antiguo y se encuentra modelos más viejos. Este proporciona una señal binaria, generalmente una señal "rica" o "pobre", indicando si la mezcla de combustible y aire está dentro de los límites aceptables o no. Si la mezcla está fuera de rango, la ECU realizará ajustes para corregir la situación y evitar un funcionamiento ineficiente o emisiones excesivas.

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En ambos casos, el sensor de oxígeno es vital para el control del motor y el sistema de control de emisiones. Al monitorear la cantidad de oxígeno en los gases de escape, la ECU puede ajustar la inyección de combustible, el avance de encendido y otros parámetros para mantener una mezcla óptima y una combustión eficiente.

Un sensor de oxígeno defectuoso o en mal estado puede tener varios efectos negativos en el funcionamiento del motor y el rendimiento del vehículo. Si el sensor proporciona lecturas incorrectas o estándar, la ECU puede ajustar incorrectamente la mezcla de combustible y aire, lo que puede resultar en un rendimiento deficiente, un aumento en el consumo de combustible, emisiones excesivas y un funcionamiento irregular del motor.

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