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Carros eléctricos chinos podrían recibir mala noticia este jueves

Además, empresas occidentales que producen vehículos eléctricos en China, como BMW y Tesla, también se ven afectadas por estas medidas.

BYD - carros chinos
BYD
Foto: AFP

Este jueves, la industria automotriz china podría recibir una mala noticia cuando el vicepresidente de la Comisión Europea , Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, se reúnan en Bruselas para discutir los aranceles impuestos a los carros eléctricos fabricados en el gigante asiático.

Estos aranceles, que han generado preocupación tanto en China como en Europa, se encuentran actualmente en una fase provisional, pero podrían hacerse definitivos tras una votación clave en la Unión Europea que se llevará a cabo a finales de octubre.

Desde julio, la Unión Europea ha impuesto aranceles de hasta el 36,3 % a fabricantes chinos como SAIC, del 19,3 % a Geely y del 17 % a BYD , debido a la percepción de que estos fabricantes reciben subsidios que perjudican la competencia en la región.

Además, empresas occidentales que producen vehículos eléctricos en China, como BMW y Tesla, también se ven afectadas por estas medidas.

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El impacto potencial de estos aranceles ha generado dudas en varios países de la UE, incluyendo a España y Alemania, que han solicitado reconsiderar la postura comunitaria.

Durante una visita a China, el presidente español Pedro Sánchez expresó su preocupación por las consecuencias económicas, sumándose a las voces que llaman a la moderación antes de que se tomen decisiones definitivas.

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China, por su parte, ha rechazado las acusaciones de que su apoyo a la industria automotriz sea injusto, advirtiendo que las acciones de la UE podrían dañar las relaciones comerciales y provocar represalias.

En respuesta, el gigante asiático ha lanzado una investigación sobre las importaciones de productos europeos, como la carne de cerdo y los productos lácteos, lo que ha aumentado las tensiones en sectores clave de exportación para Europa.

El futuro de los aranceles dependerá de la votación de 15 países que representen al menos el 65 % de la UE, quienes deberán decidir si estas medidas se convierten en una política permanente por los próximos cinco años.

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