La gigante china BYD (Build Your Dreams), principal rival de Tesla en la venta de carros eléctricos, iniciará la fabricación de automóviles en Brasil a partir de marzo de 2025, según informó el Gobierno brasileño en un comunicado oficial.
Durante una reunión entre el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, se confirmó que la planta de producción en Brasil será la más grande y avanzada fuera de China, donde la compañía tiene su sede principal.
Cuántos carros producirá BYD en Brasil
La planta, que se ubicará en el Polo Industrial de Camaçari, en el estado de Bahía, tiene como objetivo inicial fabricar 150.000 vehículos al cierre de 2025. Para 2026, la producción se duplicará, y alcanzará los 300.000 vehículos anuales.
La mayor parte de estos vehículos estarán destinados a satisfacer la demanda en los mercados de Sudamérica, como Colombia, donde la compañía tiene presencia con diferentes modelos.
El proyecto también contempla la generación de empleo en Brasil, con la proyección de 10.000 puestos de trabajo directos para 2025 y un aumento a 20.000 para fines de 2026.
¿BYD producirá híbridos?
Además de la producción de vehículos eléctricos, BYD producirá su primer sistema híbrido flexible, que combina un motor eléctrico, gasolina y etanol, diseñado por un equipo conjunto de 110 ingenieros chinos y brasileños.
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Según el Gobierno del estado de Bahía, las obras de construcción de la planta están en curso y se espera que las operaciones preliminares comiencen en enero de 2024.
¿Llegarán a más países?
Mientras BYD avanza en Brasil, en México no se han concretado planes firmes para la instalación de plantas automotrices chinas. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, aclaró recientemente que no existe ningún proyecto confirmado de una inversión automotriz china en su país.
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Estas declaraciones surgieron en medio de tensiones comerciales relacionadas con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que será revisado en 2026. Países como Canadá han expresado preocupaciones sobre posibles importaciones chinas hacia América del Norte a través de México, y figuras políticas en Estados Unidos han señalado posibles restricciones en el comercio automotriz.