Los lomos de decenas de cocodrilos americanos sobresalen en medio de uno de los río más contaminados de Centroamérica, en donde el ser humano vierte sus desechos
Por lo menos, 2.000 ejemplares viven en el río de Tárcoles, el cual nace en la cordillera Central de Costa Rica, en donde hace décadas se vierten los residuos de las alcantarillas y la basura que afectan los ecosistemas
Allí, se han detectado 150 tipos de bacterias que al parecer no han afectado la vida de los cocodrilos, que se alimentan de los peces que remontan el río desde el mar
Además, se pueden encontrar metales pesados, nitritos, nitratos y una gran cantidad de restos de desechos humanos
La alta resistencia de los cocodrilos, les permite tolerar las condiciones del agua, llegando a considerar a la especie como unos “fósiles vivientes”
En ese país, la población de los cocodrilos ha crecido, sin embargo no dejan de estar en peligro de extinción, pues ciertas actividades ligadas al turismo los ponen en riesgo
Por el río navegan cada día decenas de embarcaciones cargadas de turistas, quienes buscan la experiencia de ver a los reptiles de seis metros
Costa Rica tiene fama de ejemplo de protección ambiental, con un tercio de su territorio protegido, pero la ley no siempre se transforma en acción, como sucede en el Tárcoles
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