Durante el desarrollo de ocho operaciones conjuntas entre la Armada Nacional, el Ejército Nacional y autoridades ambientales, fueron rescatados y liberados 181 animales silvestres que habrían sido extraídos de su hábitat natural para ser comercializados en los en los municipios de Arjona, Mahates y Zambrano en el departamento de Bolívar; Galeras, San Juan de Betulia y Sincé en Sucre; y en Riosucio en el Chocó.
El trabajo articulado fue realizado por tropas de la Infantería de Marina de la Armada de Colombia y el Ejército Nacional, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique -CARDIQUE- y la Corporación Autónoma Regional de Sucre .-CARSUCRE-. Allí se logró recuperar 81 aves de distintas especies, como canarios, turpiales y gavilanes; 99 especies de reptiles como babillas, boas, iguanas y tortuga morrocoy, y también, un oso perezoso.
Los animales silvestres pretendían ser comercializados de forma ilegal en los municipios, poniendo en riesgo su conservación. Sin embargo, fueron rescatados y entregados a las autoridades ambientales para ser liberados en áreas seguras de su hábitat natural.
Tráfico ilegal de fauna silvestre amenaza la biodiversidad en Colombia y el mundo
Cada año, miles de especies de fauna silvestre
son capturadas y vendidas ilegalmente en mercados clandestinos en todo el mundo. Este comercio ilícito no solo pone en peligro la supervivencia de estas especies, sino que también tiene consecuencias devastadoras para la biodiversidad global y los ecosistemas. El tráfico de fauna silvestre está alimentado por una demanda constante de productos exóticos, tanto como mascotas como por partes de animales para su uso en medicinas tradicionales, ropa, alimentos y coleccionismo.
Publicidad
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el comercio ilegal de fauna silvestre es el cuarto negocio ilícito más lucrativo a nivel mundial, generando más de 20.000 millones de dólares al año. Solo es superado por el tráfico de drogas, armas y la trata de personas. Los grupos criminales que operan este mercado se benefician de la vulnerabilidad de las especies en peligro, y la ausencia de regulaciones efectivas en muchas regiones facilita su actividad.
Publicidad