Colombia, como uno de los países con mayor biodiversidad, lanzó una alianza internacional que busca acelerar las estrategias de protección del medio ambiente, luego de lo expuesto en la COP15 en donde resaltó el trabajo de Colombia con la declaratoria de más del 30 % del territorio protegido, ahora los retos deberán tomarse desde las comunidades.
2022, cerró con cifras negativas en cuanto a biodiversidad. Por ejemplo, Colombia cuenta con más de 2.000 especies de aves –haciéndolo el país con mayor variedad en el mundo–; sin embargo, 140 están en la lista de animales en peligro. Su estatus se debe principalmente al impacto de su hábitat debido al crecimiento de la huella humana en los ecosistemas, asegura unestudio publicado en Enviromental Research Letters, que contó con un equipo interdisciplinario internacional y nacional.
Por su parte, la COP 15 (cumbre de biodiversidad de Naciones Unidas), realizada en Montreal, Canadá, tuvo la participación de 190 países y no tuvo buenas noticias en su inicio, pues los objetivos establecidos en su anterior edición, y con fecha de caducidad en el 2020, no se alcanzaron y la mayoría de naciones mostraron un fuerte golpe a sus ecosistemas y al medio ambiente.
Razón por la cual gobernantes y asistentes llamaron la atención sobre la importancia de tener estrategias más agresivas en el control y cuidado del medio ambiente y la biodiversidad, De este modo, en la COP 15 se establecieron nuevos objetivos para el 2030, con la esperanza de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados; a la vez que aseguramos el cuidado del planeta, supervivencia de las especies existentes y la buena salud humana.
Con esto en mente, Colombia, como uno de los países con mayor biodiversidad, lanzó una alianza internacional que busca acelerar las estrategias de protección del medio ambiente que funcionará con las donaciones de entidades como la cooperación internacional, el sector privado y otros actores.
También tendrá la tarea de animar y promover la consolidación sobre los 4 objetivos y las 22 metas que permitan tener un compromiso para detener la perdida de biodiversidad del Acuerdo Kunming-Montreal. El principal objetivo de este, donde el país es uno de los firmantes, es conservar al menos el 30 % de tierra, agua dulce y océanos del mundo.
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El que Colombia haya declarado más del 30 % de su territorio marino y continental bajo alguna categoría de área protegida es una buena noticia y punto de arranque para alcanzar los compromisos adquiridos.
Es así como la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, resaltó la necesidad de estrategias adicionales como que el 10 % de la deuda externa que paga el país se redireccione para enfrentar la crisis climática y resaltó la importancia de medidas educativas para la comprehensión de una mejor relación con el ambiente. Así como la necesidad de hacer una transferencia de tecnología para adelantar procesos de producción sostenible.
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Además, se crearon incentivos económicos para las poblaciones que adelanten proyectos enfocados al cuidado y preservación del medio ambiente que administrará el Fondo Mundial para el Medio Ambiente con 200.000 millones, una parte sería asignada a Colombia por su diversidad.
Ahora, al país le quedan importantes retos que resolver. Entre ellos la deforestación, que debe solucionarse a través del ordenamiento de tierras y trazabilidad ganadera; protección a los líderes y lideresas ambientales, impulsar mayor participación de las comunidades con un impulso educativo y mayor claridad en la transición energética.
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Ninguna de estas tareas es sencilla, por lo que se debe acudir a otras organizaciones en favor del medio ambiente y comprometidas con la biodiversidad para seguir aportando pequeños granos que al consolidarse creen un gran camino de compromisos y responsabilidades que permitan que Colombia cumpla con estos objetivos y sea ejemplo de cuidado y biodiversidad.
Es así como desde la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales (IRI Colombia), seguiremos trabajando en la consolidación de los 36 capítulos locales de IRI, ubicados en las zonas de mayor deforestación de la Amazonía colombiana, que por medio de la sensibilización busca generar de la mano de líderes religiosos de la región acciones para evitar la destrucción de bosques. Además, de crear veedurías ciudadanas comprometidas al cuidado del medio ambiente y las especies de acuerdo con los objetivos de las regiones y municipios.
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Aportar desde diferentes ejes permitirá alcanzar los objetivos, a la vez que proponer esquemas donde todos sean participes conscientes de la importancia del planeta que habitamos.
*Por: Reverendo Francisco Duque, Obispo de la Iglesia Episcopal Anglicana, presidente del Consejo Interreligioso de Colombia