El cambio climático provocado por la acción humana hizo que se multiplicara hasta por diez la probabilidad de que el Reino Unido padeciera una ola de calor como la de mediados de julio, cuando se superaron los 40 grados centígrados por primera vez en este país.
Así lo expone un estudio publicado este jueves por el grupo World Weather Attribution (WWA, sus siglas en inglés), que advierte de que esa estimación es incluso "conservadora", pues las temperaturas extremas en Europa occidental han subido por encima de las predicciones de los simuladores.
Este trabajo recuerda que la Oficina Meteorológica británica (Met Office) emitió el pasado 15 de julio por primera vez una alerta de calor extremo, con la confirmación en los días siguientes de que el mercurio superó por entre 3 y 4 grados cualquier récord anterior.
El día más caluroso llegó el 19 de julio, cuando la localidad de Coningsby, en el condado de Lincolnshire (noroeste de Inglaterra), registró una temperatura de 40,3 grados centígrados, 3,6 grados más que el récord establecido en 1990 para todo el Reino Unido.
Los autores advierten de que aún es pronto para cuantificar el impacto de la ola de calor sobre la mortalidad, pero sostienen que el número de fallecimientos relacionados con las altas temperaturas supera los "cientos de casos".
A medida que las olas de calor son más frecuentes y más extremas, el estudio del WWA ha tratado de medir el impacto que tiene el cambio climático en el repunte de las temperaturas analizando datos meteorológicos y simulaciones por ordenador.
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Así, compararon esta información sobre la situación del clima actual, en la que estima que la temperatura ha subido 1,2 grados desde finales del siglo XIX, con la de épocas anteriores.
El punto de partida, explican, han sido los dos días de más calor detectados los pasados 18 y 19 de julio en la región central de Inglaterra y el este de Gales, hasta constatar que la frecuencia y magnitud de este evento climático han aumentado debido al calentamiento global provocado por el hombre.
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Aunque los modelos estiman que las emisiones de gases de efecto invernadero han elevado en 2 grados las temperaturas durante esta ola de calor, los registros históricos indican que este evento extremo habría sido 4 grados más frío en un contexto de ausencia de influencia humana.
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Esto sugiere, apuntan los expertos, que estas proyecciones están subestimando el impacto real de las actividades humanas sobre el clima en el Reino Unido y otras partes de Europa occidental.
"Es preocupante descubrir que, si las emisiones de carbono no se reducen rápidamente, las consecuencias del cambio climático sobre el calor extremo en Europa, que ya es extremadamente letal, podrían ser aún peor de lo que se pensaba", explica en un comunicado uno de los autores, Friederike Otto, del Imperial College London (R.Unido).
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En opinión de Fraser Lott, del Met Office Hadley Centre, estos "últimos avances", que "favorecen la predicción de olas de calor con dos semanas de antelación", se están "incorporando ahora a la nueva generación de simulaciones climatológicas".
"Hace dos años, los científicos de Met Office descubrieron que la posibilidad de alcanzar los 40 grados en el Reino Unido era de 1 entre 100 en un año determinado, frente al 1 entre 1000 en un clima normal. Resulta aleccionador ver cómo un evento así ha ocurrido tan poco tiempo después de ese estudio", subraya el experto.
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