Un pareja de hermanos creó el proyecto Gravity Wave con el que buscan demostrar que se puede vivir de la limpieza de los océanos
Todo se dio cuando Amaia Rodríguez viajó al sudeste asiático a visitar las playas, pero cuando llegó encontró que estas no estaban cubiertas de arena, sino de plásticos, cuenta Julen Rodríguez a EFE
Casualmente, en esa misma época, Julen, el hermano de Amaia, tenía una empresa de accesorios de plásticos para celulares
Pero al ver que la mujer había llegado aterrada por los altos niveles de contaminación en las playas, Julen abrió los ojos y tomó conciencia del impacto que estaba generando el ser humano en los ecosistemas marinos
Tiempo después conoció a Lefteris Arapakis, un joven de origen griego que tenía una escuela de pesca sostenible, quien trabajaba para crear conciencia entre los pescadores del Mediterráneo para que ayudaran a recolectar los plásticos que quedaban atrapados en sus redes de pesca
A partir de ese momento, los hermanos dejaron sus vidas a un lado y decidieron crear Gravity Wave, el proyecto con el que trabajarán de la mano de los pescadores tradicionales para recolectar los plásticos , reciclarlos y convertirlos en productos
Lo primero que intentaron hacer fue fundas para celulares, pero el modelo no les dio, pese a tener el apoyo financiero de un empresario. Ante el fracaso iniciaron un modelo de negocio que les permitía vivir de la recolección de los plásticos
Consiste en que las empresas interesadas financian la recolección y tratamiento de los plásticos. Al mismo tiempo, unos 3.000 pescadores se encargan de hacer la limpieza en el Mediterráneo para convertirlos en productos como muebles
Por lo menos entre el 30 y el 50 % de los residuos son redes que dañan las maquinarias de los pescadores, por lo que casi nadie quiere recolectarlas
En 2021, el proyecto facturó 100.000 euros y durante el primer trimestre de 2022 ya habían recolectado 200.000 euros, lo que demuestra un crecimiento en el modelo de negocio
Por el momento solo se encuentran trabajando en el Mediterráneo donde han recolectado 80.000 kilos de plásticos y redes, pero los hermanos esperan seguir creciendo para trabajar en la limpieza de todos los mares del mundo
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