Hipopótamos en el Magdalena: ¿matarlos, castrarlos o sacarlos del país?

En los años 80 el narcotraficante Pablo Escobar construyó un zoológico personal en su Hacienda Nápoles, el cual dotó de distintos animales exóticos que mandó a traer directamente desde África. En ese cargamento venían cinco hipopótamos que, tras la debacle del imperio del narcotraficante, terminaron libres en los campos colombianos y hoy son, según cálculos, al menos unos 100 individuos que andan sin control en las riberas del río Magdalena.

Lo malo de la historia es que no son animales naturales para el ecosistema: según la bióloga Nataly Castelblanco esta "es una especie exótica invasora que tiene un impacto negativo, tanto para el ambiente, como para las personas y necesitamos tomar acciones rápidas y urgentes para su control".

Dentro de su impacto negativo está el daño a los ecosistemas por sus heces, orina, además de afectar a lo manatíes, estos sí, animales endémicos colombianos, en peligro de extinción. Para Castelblanco, existen estudios que demuestran que castrarlos no es una opción exitosa para su control "por lo menos no a todos. Se podrían castrar algunos, pero hay otros ya en condición totalmente salvaje", cuya única salida es la de cazarlos.

No matarlos , sino castrarlos

Otras voces plantean una alternativa distinta a la muerte de los hipopótamos: esterilizarlos. Así lo explica el profesor y biólogo experto en comportamiento animal, para quien "la vida es lo mas importante" y que "la castración es la solución, los campesinos del Magdalena ya se acostumbraron a vivir con los hipopótamos". En sus palabras, incluso ayudan a turismo de la región.

"No es verdad que vivan en grupo, son animales solitarios. Tampoco es cierto que sean agresivos como en África, pues allá pelean por el agua, algo que acá no necesitan hacer y por eso su comportamiento ha cambiado y es distinto", afirma.

Luego de ello, se generó un duro debate en la mesa de #MañanasBLU entre quienes defienden la idea de salvarlos mediante castración y otros que consideran que cazarlos es lo correcto. Como el padre Alberto Linero quien considera que "ante el dilema ético, lo primero es preservar la vida humana y si para eso hay que sacrificarlos, es lo correcto". Para Paola Ochoa y Héctor Riveros lo ideal es pensar medidas alternativas como la posibilidad de esterilizarlos pues "son animales en peligro de extinción y estaría muy mal matarlos", en palabras de Ochoa.

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