A solo unas semanas de que la organización Conservación Amazónica presentara un informe en el que reveló cómo el Parque Nacional Chiribiquete perdió más de 1.000 hectáreas de bosque en los últimos seis meses, las alarmas están encendidas por la protección de las aves y, por supuesto, por sus territorios.
Los resultados dados a conocer por la revista científica Biological Conservation, en 2019, sobre la deforestación en el país entre el 2000 y el 2015, demostraron que la intensidad del conflicto armado en el país, la proximidad de las carreteras, la minería, la explotación petrolera y los cultivos de coca, aumentaron el daño.
Por su parte, los nuevos estudios, publicados el 16 de marzo, pusieron en cuenta regresiva las graves afectaciones que hay en el país.
De acuerdo a Pablo José Negret, ecólogo colombiano, de 550 especies de aves que dependen del bosque, al menos el 35% de ellas ya perdió el 35% de su hábitat. La Universidad de Queensland, en Australia , también proyectó esas pérdidas.
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“Lo que hacen los ecólogos y conservacionistas normalmente es que ven solo las especies que consideran que están amenazadas o tienen rangos restringidos y se enfocan en investigarlas, y el problema con ese acercamiento es que no permite una imagen clara de las implicaciones de la deforestación. Nosotros decidimos analizar todas las especies dependientes de bosque, las comunes, las amenazadas y las endémicas”, explicó Negret a El Espectador.
De las 69 aves endémicas que se tuvieron en cuenta en el estudio, 18 ya perdieron el 50% de su hábitat en 2015 y proyectó que otras 21 especies únicas en Colombia perderán su hábitat para el 2040.
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“La gente piensa que si tala un pedazo de bosque el único impacto será que va a haber menos hábitat, pero si una especie deja de estar presente en ese bosque se pierden los servicios ecosistémicos que esa ave le estaba brindando a la comunidad, como la dispersión de semillas, polinización y control de insectos”, contó Negret.
Además, el ecólogo colombiano dijo a El Espectador que: “En el Pacífico el índice aún es bajo, lo que quiere decir que aún muchas aves que están bien, pero nuestros análisis muestran que, si los patrones de deforestación siguen igual, el impacto a las especies se duplicaría para 2040”.
“Nosotros los colombianos damos por sentado que tenemos mucha biodiversidad, pero eso está cambiando y los resultados lo muestran. Muchas especies han perdido casi todo el hábitat y muchas de esas solo viven aquí”, puntualizó Pablo Negret a El Espectador.