En la impactante película 'El Día Después de Mañana', los espectadores son transportados a una realidad donde el cambio climático acelerado desencadena desastres naturales catastróficos en una escala nunca antes vista.
Una de las secuencias más notables y pertinentes en el contexto actual es cuando presenciamos un revés histórico: ciudadanos estadounidenses huyendo en masa hacia México, buscando refugio de las inclementes condiciones climáticas, representadas en una nueva glaciación en los Estados Unidos.
Un escenario así fue el que parecía antiparael presidente Gustavo Petro ante la Asamblea General de las Naciones Unidas por el aumento de migrantes que huyen por el cambio climático en el mundo y la "derrota" que ese "éxodo" representa para la humanidad.
"Ha iniciado desde lejos, desde los rincones más alejados del planeta una marcha silenciosa de gentes", dijo el primer mandatario izquierdista de su país en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York.
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En un discurso dirigido a los "países ricos", Petro abogó por conservar el medio ambiente y detener la crisis del cambio climático, que lleva hambre y sed a los pobres en naciones subdesarrolladas que pronto serán “inhabitables".
En línea con lo dicho por el presidente Petro, la comunidad científica ha alertado sobre un devastador “tsunami sin mar” que tiene en riesgo a millones de personas, en especial a los Estados Unidos.
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Este nivel variará dependiendo de la región, precisó la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), que encabezó este informe al que contribuyeron seis agencias, incluida la NASA.
El nivel del mar en las costas de Estados Unidos aumentará en un promedio de 25 a 30 centímetros durante los próximos 30 años, es decir, la misma subida que en los últimos 100 años.
En febrero de 2023, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió del riesgo de un éxodo “de proporciones bíblicas” debido al aumento del nivel del mar provocado por el calentamiento global, y pidió “llenar los vacíos” en el derecho internacional, especialmente para los refugiados.
Según Guterres, el impacto sería para cerca de 900 millones de personas que viven en zonas costeras bajas, una de cada 10 personas en la Tierra.
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“Megaciudades en todos los continentes sufrirán severos impactos, como El Cairo, Lagos, Maputo, Bangkok, Dhaka, Yakarta, Bombay, Shanghai, Copenhague, Londres, Los Ángeles, Nueva York, Buenos Aires y Santiago”, detalló.
ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, estima que cada año más de 20 millones de personas deben abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos de su propio país debido a los peligros que causan la creciente intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos, como lluvias inusualmente fuertes, sequías prolongadas, desertificación, degradación ambiental, ciclones y aumento del nivel del mar.
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