Colombia es uno de los países con mayor oferta hídrica natural del mundo, según la Unesco nuestra nación se encuentra en el lugar 21 entre 199. La disponibilidad del agua es cinco veces mayor al promedio mundial, pero hay zonas donde paradójicamente las personas que mueren de sed, como La Guajira y varias zonas de la cuenca del Magdalena.
De acuerdo con el informe ‘Colombia , un cambio de rumbo’ del Banco Mundial, la contaminación del agua golpea cada vez más al país y el deterioro del líquido vital se debe la falta de tratamiento de residuales sin tratar de los hogares, así como en actividades como la industria y la minería, además de la deforestación.
Según el informe, en el país hay entre 11,8 y 19 millones de personas expuestas a altos riesgos debido a la contaminación del agua, pese a la existencia de un completo marco regulatorio contemplado en la Constitución, el Código Nacional de Salud y las normas expedidas por el Ministerio de Ambiente.
“El monitoreo de la calidad es deficiente y la capacidad de las instituciones encargadas de la fiscalización es débil. Esto, al final, frustra la relevancia y efectividad de estas leyes”, según el Banco Mundial.
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La preocupación por esta problemática dio paso a que en 2016 la Corte Constitucional declarara el río Atrato como sujeto a derechos de protección, una decisión inédita que advirtió sobre las consecuencias de la depredación de la naturaleza y la contaminación descontrolada.
Tres años después, el Tribunal Superior de Medellín hizo lo propio con el río Cauca, incluida su cuenca y afluentes.
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“La contaminación del agua crea cargas adicionales para las comunidades en forma de impactos económicos adversos de enfermedades recurrentes y degenerativas”, según el informe.
De acuerdo con el Banco Mundial varios sectores vitales de la economía se ven frenados por la mala distribución del agua, la contaminación y la mala gestión, lo que impide un crecimiento económico sostenible del país.