
Esta es la historia de Yoko, último chimpancé de Colombia, víctima de tráfico y explotación
Yoko vivió con un narcotraficante y luego paró en un circo de Cúcuta, Norte de Santander, donde fue hallado en terribles condiciones.

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Durante la jornada de este domingo, 23 de marzo, el último gran chimpancé que queda en Colombia partirá con rumbo a Brasil. Este primate de 38 años, apodado bajo el nombre de Yoko, será trasladado del Bioparque Ukumarí de Pereira, donde estuvo los últimos 7 años de su vida, hacia el santuario Sorocaba del Proyecto Gran Simio en Sao Paulo.
La historia de este primate refleja el duro panorama de cientos de animales que son víctimas del tráfico silvestre, de la explotación en circos o de otras circunstancias que los condenan al cautiverio.
Cuando era un bebé, Yoko fue capturado por delincuentes, luego vendido a un mafioso y después fue sometido a proceso en donde los obligan a tener conductas humanas.
Tras la muerte del narcotraficante que lo tenía en su poder, el pequeño primate paró en un circo de Cúcuta, Norte de Santander. En medio de esta situación, las autoridades hallaron que este simio se encontraba en un contenedor y bajo terribles condiciones físicas y emocionales, por lo que fue incautado inmediatamente.
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Bajo el propósito de recuperar la integridad del animal, Yoko fue trasladado a un hogar de fauna en Cali, donde no estuvo mucho tiempo, pues luego fue reubicado en el Bioparque Ukumarí de Pereira, Risaralda, en junio de 2018. Su trágica historia no terminó ahí. En julio de 2023, el primate vio cómo sus compañeros del Bioparque, apodados bajo los nombres de Pancho y Chita, eran asesinados tras haberse fugado del lugar.
La situación de Yoko parecía no tener fin, pues el hecho no trajo consigo una investigación en la Fiscalía General de la Nación. Desde aquel momento, el propósito de quienes conocían al primate era liberarlo en un espacio seguro para su conservación. Por lo mismo, y bajo una iniciativa liderada por el director de la Corporación Autónoma de Risaralda (CARDER), Julio César Salazar, y la senadora animalista, Andrea Padilla, se encontró un espacio para chimpancé en el santuario de Brasil.
Hoy se nos inunda el corazón con el resultado de una operación extraordinaria que requirió de la más meticulosa coordinación entre entidades del sector público y privado, de un diálogo cuidadoso con los ministerios de Ambiente y de Agricultura de Brasil, mediado por la embajada de ese país en Colombia, de mucha persuasión y de gestiones incansables para tramitar la abundante documentación y conseguir los recursos económicos necesarios
Bajo el nombre de Operación Arca de Noe, y con un apoyo conjunto de diferentes entidades, Yoko estará en el santuario de Sao Paulo junto a otros 50 chimpancés que, al igual que él, han sufrido las consecuencias del tráfico silvestre y de la explotación animal. La Fuerza Aeroespacial Colombiana gestionó el traslado del animal de Pereira a Bogotá y entidades como el Ministerio de Ambiente, la Secretaría de Ambiente de Bogotá, la DIAN, la Policía de Aduanas y el ICA, aportaron con los diferentes procesos operativos para el animal.
Según se pudo conocer, el traslado de Yoko rondó los 23 mil dólares (cerca de 96 millones de pesos). Estos costos, asumidos entre Avianca y la CARDER, incluyeron también el desplazamiento hacia Brasil del veterinario que cuidó de Yoko en Ukumarí. “Yokito está en su guacal, va muy tranquilo, todo el tiempo acompañado de su veterinario, de su manejador, de su cuidador. Ahora Avianca transporta a Yoko hasta su área de carga. Allí empieza toda la verificación de documentos. Vamos a estar aquí por si algo se requiere”, finalizó la senadora Padilla.
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En las próximas horas, el primate podrá disfrutar del santuario de este tipo más grande de América Latina. Según datos oficiales, el espacio alberga cerca de 250 animales, entre los que se encuentran también aves, grandes felinos y osos. El espacio tiene cerca de cinco hectáreas y 63 recintos para chimpancés, divididos en 14 complejos.
Con todo esto, se espera que la historia de Yoko marque un antes y un después de la situación de los animales silvestres en el país, pues, así como este primate, cientos de especies son alejadas de sus hábitats por manos criminales.
Este movimiento se produce tras casi dos años de soledad para el simio, luego de la muerte a tiros de dos de sus compañeros.
Yoko, de 38 años y 60 kilogramos, viajará a Sorocaba, en el estado brasileño de Sao Paulo, después de haber sufrido malos cuidados que le provocaron la pérdida de la mayoría de sus dientes tras ser adquirido en el mercado ilegal.
Su travesía ha sido bautizada como "Operación Arca de Noé" y es acompañada por AFP. Durante el viaje, Yoko permanecerá despierto en un huacal y estará bajo el cuidado de su veterinario.
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El traslado se realizará en dos etapas: primero, una aeronave de la Fuerza Aérea colombiana lo llevará hasta Bogotá. Posteriormente, será transportado en un avión de carga hasta Brasil, donde los expertos esperan que pueda ser aceptado por otros primates y establecer relaciones sociales.
La partida de Yoko marca un hito significativo, ya que él era el último gran primate en cautiverio en Colombia. La senadora ambientalista Andrea Padilla, quien apadrinó a Yoko, expresó a la AFP que este evento es "profundamente simbólico" y que "estos grandes simios no tienen por qué estar en nuestro país".
Yoko residía en el Bioparque Ukumarí de Pereira desde 2018, lugar al que llegó tras ser incautado por la policía cuando intentaban llevarlo a Venezuela. Se conoce que, siendo muy joven, fue adquirido en el mercado negro por un narcotraficante.
En 2023, dos compañeros de Yoko,Chita (hembra) y Pancho (macho), escaparon del zoológico y fueron sacrificados a tiros por la fuerza pública ante el supuesto riesgo que representaban para las comunidades cercanas, lo que generó protestas por parte de animalistas.
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Sus cuidadores señalan que Yoko tenía dificultades para socializar con otros chimpancés debido a que fue educado como un humano y adquirió hábitos como ver televisión.
A pesar de esto, mantenía una relación cercana con Chita, por lo que la pérdida de su compañera significó la ruptura de su vínculo con su propia especie. Aún se desconoce si Yoko fue adquirido en un criadero ilegal en Colombia o si fue extraído de su hábitat en África.
El chimpancé está catalogado como una especie "en peligro" de extinción por la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sus hábitats naturales se encuentran principalmente en Guinea, Costa de Marfil y la República Democrática del Congo.
La tenencia de animales exóticos por parte de capos de la mafia colombianos, como Pablo Escobar quien llegó a tener una variedad de especies en su Hacienda Nápoles, es un fenómeno conocido en el país. Incluso en la actualidad, los descendientes de hipopótamos introducidos por Escobar se reproducen sin control, generando una amenaza para los ecosistemas.
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