
Me ha pasado, Y estoy seguro de que a muchos también. Sentir que algo no anda bien, que las cosas no fluyen como antes, que la vida pesa más de lo necesario. Y sin embargo, seguimos haciendo lo mismo, esperando que, por arte de magia, las circunstancias cambien, que el destino nos dé una tregua. Pero la vida no funciona así.
Hay una frase muy conocida que lo muestra con claridad: “La locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”, y no hay nada más cierto. Querer que las cosas cambien sin movernos del mismo lugar, sin tomar decisiones distintas, sin romper hábitos y esquemas que ya no nos sirven, es como remar con fuerza en un bote amarrado al muelle. Nos agotamos, pero no avanzamos.
Los cambios en la vida no son opcionales; son necesarios. A veces los buscamos, a veces nos los impone la realidad. Lo viví cuando decidí soltar no ejercer más el presbiterado; no fue un capricho ni un impulso momentáneo, fue la comprensión de que mi vida pedía otro rumbo, de que debía ser coherente con lo que sentía y con lo que quería construir. No podía seguir esperando un resultado distinto sin hacer algo distinto, y no fue fácil porque cambiar implica incertidumbre, miedos, despedidas y dudas. Pero al final, también significa crecimiento, renovación y la posibilidad de ser más fieles a nosotros mismos.
A muchos nos aterra cambiar porque significa soltar lo conocido. Nos hemos acostumbrado a nuestra zona de confort, incluso cuando esa comodidad nos asfixia. Pero la vida, en su sabiduría , nos empuja a movernos, a dar pasos que nos saquen de la parálisis, a desaprender y reaprender.
Publicidad
Si hoy sientes que las cosas no están funcionando, si te despiertas con la sensación de que hay algo que debe transformarse, pregúntate: ¿Estoy haciendo algo diferente para que mi vida cambie? Si la respuesta es no, es momento de mover las piezas, de atreverte a romper la rutina, de abrir la puerta a nuevas posibilidades. Porque la verdadera locura no es equivocarse en el intento, sino quedarse estancado esperando que todo cambie sin hacer nada.
Hoy puede ser el día en que decidas moverte: ¿Qué esperas?.