UNGRD: Principio de oportunidad a López y Pinilla será avalado por las fiscales del caso

El principio de oportunidad, que podría oficializarse en los próximos meses para los principales responsables del escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastre, UNGRD , como lo son los casos de Olmedo López y Sneyder Pinilla, ya está siendo redactado por las fiscales Andrea Muñoz y Cristina Patiño.

Este documento contará con la aprobación de quien lidera la investigación, el fiscal delegado ante la Corte, Hernando Barreto Ardila, para presentarlo ante un juez de control de garantías, quien determinará si le da validez, siempre y cuando cumpla con los requisitos establecidos. Este beneficio, otorgado a quienes “alzaron la mano” para colaborar con la justicia, les permitirá seguir aportando información sobre el entramado de corrupción que salpica a varios congresistas y funcionarios del Gobierno Petro.

Este principio de oportunidad, que entregará la Fiscalía General de la Nación, será un hito, ya que marca el inicio de una nueva directriz de la entidad en busca de darle mayor autonomía a los fiscales. Anteriormente, legalizar un principio de oportunidad, que es la figura que le permite a un investigado acceder a beneficios y frenar la acción penal en su contra, solo podía ser avalado por él o la fiscal general de la Nación.

Ahora, bajo la dirección de la fiscal Luz Adriana Camargo, se busca darle celeridad al gran número de expedientes en el búnker que, en algunos casos, permanecieron durante años en la oficina de principios de oportunidad de la Fiscalía sin llegar a su despacho. Olmedo López y Sneyder Pinilla llegaron a un preacuerdo con la Fiscalía tras reconocer públicamente que participaron en el entramado de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo. Ambos deberán cumplir penas de seis y siete años de prisión, respectivamente.

Sin embargo, aún queda pendiente su compromiso de colaborar con la justicia en las otras líneas de investigación que lleva la Fiscalía por corrupción en la Unidad, más allá de los carrotanques de La Guajira, que fue “la punta del iceberg” de lo que estaba sucediendo en la entidad encargada de velar por el bienestar de las comunidades en emergencias.