El caso comenzó en marzo de 2015 cuando Harrison Otálvaro contrató al abogado para que cobrara un dinero que le debía el Cúcuta Deportivo, equipo en el que jugó en 2009.
En total eran 38.5 millones de pesos de deuda y al abogado le correspondían 7.7 millones de honorarios.
El abogado logró que el Cúcuta Deportivo le entregara 322 millones de pesos en varias cuotas pagadas entre septiembre de 2015 a junio de 2017. Esa plata era de varios jugadores a los que le debían la liquidación.
Pero el abogado solo le entregó 10 millones a Harrison Otalvaro, se quedó con el resto del dinero y se desapareció.
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Otálvaro, que jugó también en Millonarios, América, Atlético Nacional y Tolima, procedió a escribirle a José Cadena, representante legal del Cúcuta y quien le informó que ya había pagado la totalidad de la liquidación.
Ante la situación, el exjugador recurrió a la Comisión Nacional de Disciplina Judicial que después de varias audiencias a las que no asistió el abogado investigado determinó que las pruebas demostraban la responsabilidad del abogado.
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