El juez 5° especializado de Bogotá leyó la declaración que hizo a la Fiscalía el policía Wilmer Andrés Parra, quien recordó con angustia cómo el y sus compañeros fueron objeto de odio solo por el hecho de ser servidores públicos en el CAI .
Lloró mientras revivía el momento en que el grupo agresor, además de lanzar bombas molotov, vociferaba amenazas espeluznantes: "matemos esos cerdos HP", "tienen que salir o los quemamos adentro", "vamos, quememos, matemos esos cerdos".
El testimonio de Parra Perdomo se convirtió en una pieza clave para la condena de los acusados. A lo largo de su declaración, identificó directamente a Edwin Raúl Murcia Rodríguez y Kevin Sebastián Hernández Socha como partícipes activos en los hechos.
Los reconoció como dos de las personas que arrojaron objetos contundentes contra el CAI en los primeros momentos del ataque, antes de que la ventana del costado sur fuera destruida.
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Lo más impactante, sin embargo, fue la reacción de los acusados durante la audiencia: mientras Parra Perdomo relataba su experiencia, ambos acusados se reían y se burlaban, mostrando una actitud despectiva e irrespetuosa ante el dolor del policía.
Este comportamiento fue un reflejo del cinismo de los acusados, según el juez, quien destacó la falta de remordimiento por parte de los responsables.
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A pesar de las pruebas contundentes y el desgarrador testimonio, los acusados mantuvieron una postura de indiferencia, lo que, para el juez, solo reafirmó su responsabilidad en el ataque, ratificando la gravedad de los hechos y la condena por terrorismo.