La Fiscalía Penal Militar y Policial entregó detalles de las investigaciones y pruebas que tiene para señalar a un oficial y dos suboficiales de Ejército de haber cometido varias fallas que facilitaron el ataque que el ELN cometió el pasado 21 de noviembre en Anorí, Antioquia, dejando cinco militares muertos.
El cabo primero Gersson Jalava, el sargento segundo Jeisson Ricardo Barrera y el subteniente Juan Daniel Hernández, quienes estaban a cargo de las operaciones en ese municipio del nordeste antioqueño, fueron capturados este viernes y, según la Fiscalía Penal Militar y Policial, legalizaron y reportaron coordinadas que no coincidían con la ubicación de las tropas.
La fiscal del caso detalló que el subteniente Hernández, en su rol como comandante del pelotón Buitre 2, debía asumir control efectivo de sus hombres, el mando operacional y tenía el deber jurídico de evitar la muerte y lesiones de su personal bajo su mando.
Sabía de la existencia de una situación de peligro, la presencia inminente del enemigo y de sus intenciones de ataque contra la tropa, por los avisos dados por el Batallón Bomboná, siendo previsible el resultado: muerte y lesiones, y no lo hizo. Incumpliendo con el deber de seguridad, omitió las técnicas y tácticas ordenadas contra amenazas híbridas de desubicar su unidad diariamente. No desplegó una acción oportuna, operacional o funcional; creando un riesgo jurídicamente desaprobado, causa eficiente que ocasionó el deceso y lesiones del personal militar
Es decir, la fiscal recordó que pese a que los militares a cargo sabían que los movimientos de tropas debían hacerse en horarios nocturnos, no cumplieron con esa instrucción, aumentando la vulnerabilidad ante los grupos ilegales. A eso se le suma que el subteniente tenía todos los recursos para abastecimiento durante al menos 15 días y traslados oportunos para continuar con su labor en garantizar la seguridad de los 47 reincorporados y sus familias que están en el antiguo ETRC de La Plancha.
“A pesar de saber que debía realizar movimientos nocturnos de desubicación, el pelotón permanece en el mismo lugar durante cuatro días, lo que resulta en un ataque por el ELN y la muerte de cinco soldados”, agregó la Fiscal.
Según las pruebas recopiladas por la Fiscalía Penal Militar y Policial, desde el 8 y 9 de noviembre de 2024, el comando de la Séptima División y otras unidades emitieron alertas operacionales sobre la posibilidad de coordinaciones armadas por parte del frente compañero Tomás del ELN, y por ende ordenó movimientos.
Incrementar medidas de seguridad y estar atentos a las alertas, no tomar carreteras ni caminos ya que se tiene conocimiento de una posible emboscada. Crear conciencia situacional a los soldados, presencia de más de 100 sujetos armados del clan del golfo probabilidad de artefactos explosivos
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Luego, el 18 de noviembre de 2024, el comandante de Pelotón recibe la instrucción de desplazar a sus hombres en cada noche, ya que había sido abastecido, pero no lo hace, y se queda en el mismo punto durante cuatro días sin protección, con el agravante de entregar información falsa con coordenadas inexactas.
Y fue justamente el 21 de noviembre cuando se dio el ataque con tatucos por el ELN, evidenciando la irregularidad, pues el hecho se dio en una ubicación muy distante.
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Los militares fallecidos fueron el cabo segundo Fredys David Robles Romero y los soldados profesionales Carlos Andrés Ramos Martínez, Iván Darío Reina Carabalí, Fabián José Regino Mora y Yoiser David Redondo Arias.
Por estos hechos, la Fiscalía Penal Militar les imputó los delitos de falsedad ideológica en documento público, desobediencia y homicidio culposo.
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