Los casos de robos con escopolamina se han incrementado a nivel nacional. Solo en Bogotá crecieron en un 80% en lo corrido del año, donde ya se han registrado víctimas mortales. Este miércoles, en Mañanas BLU cuando Colombia está al aire, expertos en seguridad y víctimas hablarán sobre la modalidad de robo conocida como "las tomaseras", sus consecuencias y cómo evitar caer en esa práctica delincuencial.
Aprenda cómo prevenir los ataques con este tipo de sustancias con las recomendaciones de Ómar Oróstegui, director ejecutivo de Futuros Urbanos y la toxicóloga Olga Melo, así como por los testimonios de dos víctimas de esta modalidad delincuencial.
"Las cifras ya demostraban que venía subiendo cada vez más el uso de escopolamina. En 2018 se registraron 270 casos. A pesar de eso no entendieron las alarmas. Eso preocupa de alguna manera, teníamos una tendencia y a pesar de eso no pasó nada. Consecuencia de lo que pasó en las últimas semanas la Policía y la Secretaría de Seguridad de Bogotá ahora sí prestan atención a un fenómeno que no es nuevo", declaró Oróstegui.
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"No es solo escopolamina, sino otras sustancias, especialmente en hurto a personas. También en hurto a viviendas, vehículos y hasta bicicletas. Es un fenómeno al que no se le ha prestado la atención debida", añadió el experto.
De acuerdo con la toxicóloga Olga Melo, la producción de la escopolamina requiere de conocimientos químicos y por eso ya no se utiliza en la misma medida que en otras épocas.
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"Es mucho más fácil 'burundanguear' con otras drogas que hacen que las personas pierdan la voluntad. Están también las drogas beta que son hipnóticas que se venden sin control especial", dijo la experta.
Nelson García, quien fue víctima de escopolamina en dos oportunidades, contó que la primera vez que le aplicaron la sustancia estuvo dos días hospitalizado y no reconocía a sus compañeros de trabajo.
"La segunda vez estaba de duelo en Neiva, fue en las fiestas de San Pedro. Nos fuimos en mi automóvil a un sitio de esparcimiento, en ese momento, el sitio donde yo vivía era donde residía el alcalde de la ciudad. Llegamos al lugar y me empezaron a perseguir a mí, cayeron una jovencitas, de acento antioqueño. Me fui para el auto a sacar una coca-cola, cuando puse el licor encima del techo del carro, cuando salí, ya había una persona al frente. Me tomé el trago y hasta ahí me acuerdo", indicó García.
Una mujer que fue víctima de un ataque con los mismos medios, contó que fue atracada en momentos en que tomó un transporte a través de una plataforma.
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"No tuve ninguna sospecha, apenas me monté al carro sentí que era un carro pequeño, me llamó la atención que tenía una pañoleta grande del Ejército Nacional. Apenas me monté empezó a hacer preguntas. Me quité el tapabocas y el sacó de la guantera un supuesto desinfectante de manos. Recibí esa sustancia, tenía un color que yo no había visto, lo asocié con el menticol, me dio un olor muy extraño, como a una cosa médica", narró.
"Recibí esta sustancia, la guardó y la escondió. Intenté quitármela y sentí que algo no estaba bien y llamé a un familiar. Empecé a hablar y mientras sucedía todo esta ella me hizo una pregunta, me dijo algo y le dije que no podía responderle. Mi mamá me dijo que me bajara de inmediato. Sentía que algo no estaba bien conmigo, pero no me sentía mal", contó la víctima.
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