Al menos 42 masacres se presentaron en Colombia entre enero y septiembre de 2020, la cifra más alta desde que se firmó la paz con la exguerrilla de las FARC en 2016, denunció Naciones Unidas. El organismo, que verifica el acuerdo que terminó con la que fuera la organización rebelde más poderosa de América, publicó un informe en el que subraya la alarma del secretario general Antonio Guterres frente "a las masacres que se dieron en diferentes departamentos en los últimos meses".
Según la misión de la ONU en Colombia, que difundió el informe fechado en Bogotá, hasta el 25 de septiembre de este año hubo en el país 42 masacres o asesinatos de tres o más personas en un solo hecho, en las cuales fallecieron 19 menores de edad. Otras 13 matanzas están siendo verificadas.
A falta de tres meses para cerrar el año, el 2020 ya supera las 36 masacres registradas en 2019, las 29 del 2018 y las 11 del 2017.
"Estos crímenes están siendo perpetrados principalmente en zonas con escasa presencia estatal, altos niveles de pobreza, economías ilícitas y disputas entre grupos armados ilegales y organizaciones criminales", subrayó la organización.
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Colombia vive un recrudecimiento del conflicto que el gobierno asocia con grupos armados que se financian del narcotráfico.
La ONU alertó también sobre "la violencia incesante contra excombatientes" de las FARC y denunció el homicidio de 50 de ellos en lo que va del 2020.
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Desde la firma del histórico pacto, 224 exguerrilleros han sido asesinados y 20 desaparecidos, añadió.
De acuerdo a Naciones Unidas, la fiscalía colombiana ha condenado a 31 personas vinculadas a estos crímenes.
La delegación internacional también da cuenta de la espiral de violencia que envuelve a activistas de derechos humanos y líderes sociales. En lo que va del año ha verificado 48 homicidios, incluidos los de nueve personas de comunidades étnicas y cinco mujeres.
El informe será presentado por Guterres al Consejo de Seguridad de la ONU el 14 de octubre.
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Aunque la disolución de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, convertidas hoy en partido político tras el desarme de unos 7.000 combatientes, alivió la violencia política, aún persisten grupos armados que desafían al Estado en alejados puntos del país, gracias a los recursos del narcotráfico, principalmente.
El país vive un conflicto que en casi seis décadas ha enfrentado a agentes estatales, guerrillas, paramilitares y narcos, dejando más de nueve millones de víctimas, en su mayoría desplazados.
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