La fiscalía llamó a juicio por los delitos de concierto para delinquir, tráfico de influencias y cohecho propio al exfiscal de la JEP, Carlos Bermeo; a Orlando Villamizar, amigo del exsenador Luis Alberto Gil; Ana Cristina Solarte, compañera sentimental de Bermeo y a Yamid Prieto, conductor de Gil.
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El que quedó por fuera de la acusación fue el exsenador Gil conocido como el tuerto Gil pues estaría en trámite para que le otorguen un preacuerdo en el que acepta los delitos a cambio de una considerable rebaja de pena.
En una página y media, la fiscalía asegura que todos se concertaron para cometer delitos contra la administración pública y que Gil y Villamizar eran los encargados de realizar contactos y negociar los montos de las coimas.
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Dice el ente acusador que de un acuerdo previo de 2 millones de dólares, Villamizar y Prieto recibió un anticipo en el hotel Artisan, en el norte de Bogotá, de 460.000 dólares mientras Bermeo junto a Solarte recibía otros 40.000 dólares en el JW Marriot. Los dineros eran con la finalidad de comprar actuaciones supuestamente ilegales que poderosos hacer desde su cargo de Fiscal de la JEP, cómo retrasar órdenes de policía judicial y solicitar prórrogas de órdenes impartidas por un magistrado de esa jurisdicción, entre otras.
Asegura la Fiscalía que Bermeo también trató de influir en personas de la JEP para retrasar el trámite de extradición de Jesús Santrich.
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Según el documento, Bermeo además planeó el envío de 120 kilos de estupefacientes a Roma, Italia.
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