La historia de Javier de Jesús Cadavid, quien duró privado de la libertad durante 12 años , muestra las dificultades por las que atraviesa la justicia colombiana. El comerciante, nacido en Sonsón, pero con todos sus entonces negocios en Nariño, fue liberado por el Inpec tras una orden de la JEP, tras una dura lucha jurídica.
A Cadavid, un juzgado de Manizales lo condenó porque alias 'Karina', exguerrillera de las Farc, lo señaló de ser supuestamente miembro de ese grupo ilegal y participar en estorsiones a otros comerciantes en el corregimiento de Puerto Venus, donde tenía una distribuidora. La condena a 23 años de cárcel siguió en firme, pese a que la misma desmovilizada se retractó de sus declaraciones.
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Luego de su extenso calvario, la Sala de Amnistía o Indulto de la JEP le otorgó la libertad condicional a Cadavid, al considerar que reunió todos los requisitos para lograr el beneficio.
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En entrevista con Mañanas BLU, cuando Colombia está al aire, el comerciante relató su drama:
"Todo empezó en 2009, en la ciudad de Manizales. Un año antes, en 2008, me detuvieron en Medellín. En la primera audiencia me dan la libertad, el proceso siguió todo el año. Asistí personalmente a Manizales. El juicio oral duró tres días, salía de una audiencia y volvía. El último día deciden dejarme retenido", contó el comerciante.
"Me condenan por extorsión y enriquecimiento ilícito, acusándome de ser conexo con el frente 47 de las Farc. Nunca he pertenecido a esos grupos, antes en varias oportunidades destruyeron un negocio y en la carretera me quitaban la mercancía", agregó.
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De acuerdo con Cadavid, su caso prueba la falta de rigor en la justicia colombiana, puesto que incluso las Farc intentaron secuestrarle un hijo y lo desplazó.
"Nosotros fuimos víctimas del conflicto armado. Inclusive el Gobierno nacional nos envió una carta pidiéndonos perdón por haber sido víctimas", afirmó.
"La justicia no fue más allá de la verdad. El problema aquí es que la justicia no acepta que se equivoca", añadió.
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Según Cadavid, su problema radicó en ser la única persona en la población en tener cuenta corriente.
"Yo no conozco ni Aguadas ni Pácora, mucho menos la gente de allá. Yo le decía al campesino, tranquilo, consigne. Cuando llegaba se la daba completa, no les quitaba un peso. Yo no sabía que ellos llevaban plata de la guerrilla. En el juicio me di cuenta", sostuvo.
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Escuche el relato de Javier Cadavid Palacios en Mañanas BLU, cuando Colombia está al aire: