Una nueva polémica se desató alrededor del magistrado de la Corte Suprema Francisco Farfán, después de que se revelará la conversación telefónica que demostraría cómo desde su despacho se filtró información confidencial de una investigación que se estaba adelantando contra el poderoso Clan Gnecco del Cesar.
Los nuevos cuestionamientos contra el togado vienen de su propio equipo de trabajo, quienes lo denunciaron por maltrato sicológico y ataques a la dignidad humana, justo un día después de que se destapara el escándalo de la filtración por el que Farfán le pidió a la Comisión de Acusación que lo investigue y a la Fiscalía General que indague a los integrantes de su despacho.
En la queja por acoso laboral dirigida al magistrado César Augusto Reyes, presidente de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema, cuatro integrantes del despacho de Farfán cuentan: “Desde el pasado 19 de octubre de 2023, quienes suscribimos este documento hemos sido objeto de un total y absoluto maltrato psicológico por parte del señor magistrado Farfán Molina”.
En el documento también detallan que después de que se conociera la denuncia que tiene en el ojo del huracán al magistrado, él mismo le solicitó a todo su equipo de manera verbal la renuncia sin ninguna razón o motivación; y aunque los funcionarios radicaron sus renuncias, Farfán les indicó que debía evaluar cada solicitud en un tiempo máximo de 30 días.
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“Con absoluto respeto, expresamos de manera categórica que no es nuestro deseo continuar en un ambiente laboral en que se nos señala, desconfía y que con cada acto verbal y no verbal se nos maltrata psicológicamente”, dice la queja.
Por último, el equipo del despacho del magistrado Farfán señala que la información que se ha publicado demuestra que los señalamientos van contra el togado, pero se pretende desviar hacia unos servidores que cuentan con "una amplia e intachable trayectoria al servicio de la Administración de Justicia”.
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Frente a este panorama, el magistrado auxiliar José Mejía, la profesional Nina Hurtado, el profesional Jhon Ortega y la auxiliar judicial Liliana Suárez le solicitaron a los magistrados de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema que tomen las medidas necesarias para que “cese el acoso del que han sido víctimas”.
Después de que se conociera la conversación en donde quedó señalado el magistrado Farfán de filtrar información a una investigación contra el poderoso clan Gnecco, el togado compulsó copias a la Fiscalía, a la Comisión de investigación y acusaciones de la Cámara, para que se investigue, no solamente a él, sino a los integrantes del despacho que tuvieron contacto con esa información y también a integrantes de la Policía Judicial.
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