El juez 71 de garantías de Bogotá envió a la cárcel a Carlos Muñoz Garavito, el supuesto esmeraldero que sería el jefe de la banda que llevó 500 kilos de cocaína de Bogotá hasta Londres en un vuelo chárter.
El juzgado dijo que la Fiscalía había hecho una investigación juiciosa, que trajo videos e interceptaciones que dejaron clara la participación del imputado en los hechos delictivos. Uno de ellos sería que transportó en Bogotá a los cinco europeos que llevaron la droga al país inglés y que manejó una de las camionetas que llevaron las maletas con drogas al aeropuerto.
Las dos tesis que presentó la Fiscalía fueron que representa un peligro para la sociedad por la gravedad del delito y que en libertad podría estar en riesgo su comparecencia al proceso porque no tiene arraigo en Bogotá.
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La decisión fue a pesar de que la defensa aseguró que el imputado vive solo en San José de Bavaria, condominio Salamanca, al norte de Bogotá y que sí tenía arraigo familiar.
El ente acusador dijo que Muñoz era un comerciante informal y que las únicas actividades que se le conocen es el comercio de esmeraldas.
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“Es un delito transnacional y que afecta a toda la sociedad, genera terrorismo. Es un delito grave y la modalidad es dolosa y debemos tener en cuenta la elaboración del mismo. Requiere de un planeamiento con mucha antelación, es un delito doloso”, leyó el juez.
Por otro lado, el juzgado enfatizó en que no se ha logrado determinar quién pagó por esa droga y tampoco se mostró si hace parte de algún cartel internacional. Aunque dijo que es claro que forman una empresa criminal nacional.
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Muñoz se declaró inocente del delito de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes agravado. Así las cosas, la fiscal del caso deberá demostrar la responsabilidad de Muñoz en juicio. El presunto jefe de la organización criminal pasará sus días en la cárcel La Modelo, de Bogotá.
En días pasados, un juez de garantías envió a la cárcel a Alexander Arias, Walter Arias, Jairo Hernán Salazar, Jesús María Hurtado y Nelson Robles, policía activo involucrado en el caso. A Luz Dary Espitia, trabajadora de la empresa Central Chárter, le dieron prisión domiciliaria.