Después de la inauguración del segundo ciclo de diálogos entre el Gobierno nacional y la guerrilla del ELN, la Fundación Ideas para la Paz publicó un informe sobre las posibilidades de que se llegue a un acuerdo para un cese al fuego bilateral durante este tiempo, ya que será uno de los principales temas de la agenda en esta ronda que se desarrolla en Ciudad de México.
En primer lugar, en el informe se señala que ahora el ELN es una guerrilla binacional, pues tiene presencia en Venezuela e incluso influencia y su agenda propia, resaltando que, aunque lo nieguen, el grupo es cercano a diversas economías, como el narcotráfico y la minería ilegal.
"Los miembros del ELN en la mesa de diálogo no necesariamente representan a todos los sectores del grupo. El desarrollo de la mesa permitirá ver cuánta cohesión hay internamente y desde la comandancia hacia el resto del grupo. El seguimiento de la FIP a los ceses al fuego y de hostilidades del ELN entre 1984 y 2022 registra 31 eventos de diferente índole", señala la FIP.
La FIP también hizo un seguimiento al cumplimiento de los ceses al fuego y explica que en algunos casos no se logró cumplir con lo acordado.
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"Internamente ha sido complejo cumplir los ceses por la dificultad de cohesionar a todas las estructuras armadas del ELN. Los ceses al fuego en los últimos años no han logrado disminuir la intensidad de la violencia en las zonas que el ELN se disputa con otros actores. El incumplimiento de los ceses al fuego también ha estado determinado por la falta de claridad sobre qué es una acción ofensiva y una defensiva o respuesta a una agresión", se lee en el informe.
Con el objetivo de que un cese al fuego sea exitoso, según explica la organización, hay que especificar qué es una acción defensiva y qué es una violación o incumplimiento a lo acordado, una dificultad sería que los acuerdos entre el Estado y la guerrilla no incluyen en la mayoría de los casos: los enfrentamientos con otros grupos armados, pero también se debe tener en cuenta a los posibles "saboteadores" del cese.
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"Los casos de Chocó y Nariño, durante los ceses al fuego de 2017 y 2020, muestran que la disminución de la violencia y la confrontación entre los grupos no necesariamente está determinada por pactos o acuerdos nacionales entre el Gobierno con los diversos grupos armados (ELN, disidencias y Clan del Golfo). Esto lleva a que, en las zonas de disputa, sea necesario establecer acuerdos regionales o locales entre las diversas estructuras en contienda", añade el documento.