Cuatro heridas mortales causó la hélice de un yate en el cuerpo de Valentina González Medina, la universitaria barranquillera que perdió la vida el 30 de noviembre mientras se encontraba de paseo en el balneario de Cholón, a unos 45 minutos de Cartagena, tras ser arrollada por una embarcación.
Este fue el resultado de un parte médico forense particular dado a conocer por el abogado de la familia de Valentina González, en el que se detallan las heridas que sufrió la joven de 21 años.
De acuerdo con el reporte forense, la joven presentaba una herida en la región occipital del lado izquierdo, de 10 centímetros,que dejó expuesta la gálea y el cráneo. Una segunda lesión en el cráneo fue de 12 centímetros, en la zona parietao-occipital del lado izquierdo también.
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El parte médico forense estableció que la herida de mayor dimensión fue en la espalda, una línea oblicua de 25 a 30 centímetros entre el hombro derecho y la zona dorsal derecha. La cuarta herida estuvo ubicada en la región cervical, parte izquierda, con una longitud aproximada de 20 centímetros.
Según el abogado Rafael Pacheco, “las heridas que causaron su muerte inmediata fueron las del cuero cabelludo”.Según su conclusión, el yate atropelló a Valentina de costado, luego la hélice la succionó y ella entró en una especie de “molino”.
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El jurista insistió en que la joven no se encontraba sumergida, careteando en una zona prohibida para bañistas, sino que estaba nadando con la ayuda de un flotador naranja a la vista de todos y rodeada de gente.
El parte médico forense es una de las pruebas que el abogado mostrará en la Fiscalía. En su concepto, el ente acusador está en mora de entrevistar a por lo menos diez testigos, que son los jóvenes que estaban cerca al sitio del accidente, incluido el novio de Valentina.
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El abogado reiteró que no se explica por qué fue dejado en libertad el piloto del yate, José Valencia Quintana.
Según las primeras versiones del accidente, entregadas incluso por los Guardacostas, la joven estaba sumergida a 300 metros de la playa y por eso no la había visto el piloto. Sin embargo, con testimonios y documentos fotográficos, la defensa busca probar que el accidente obedeció a descuido y exceso de velocidad en un sitio falto de señalización y control.
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