En Sala Plena la Sala de Casación de este alto tribunal tomó la decisión de dejar en firme las condenas de los exmagistrados Ricaurte y Malo Fernández por el escándalo que involucró a la Rama Judicial donde se torcían procesos para favorecer a investigados por corrupción.
Según la Corte Suprema de Justicia, durante los años 2013 y 2016, Francisco Javier Ricaurte Gómez, quien fungía como magistrado de la Corte Suprema de Justicia y de la sala administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, participó en actos corruptos al conspirar con otras personas.
Estos actos se materializaron en favorecer en procesos penales dirigidos contra los excongresistas Musa Besaile y Álvaro Ashton en el escándalo judicial conocido como el cartel de la toga.
La Corte Suprema de Justicia explicó que en este sentido, la organización criminal obtenía información privilegiada, retrasaba procesos y manipulaba pruebas para emitir decisiones que beneficiaban a sus "clientes", quienes eran beneficiarios de tráfico de influencias.
Frente a la decisión caso de Gustavo Malo Fernández, la Corte determinó que el exmagistrado fue hallado responsable de haber recibido sobornos para beneficiar a congresistas investigados como Musa Besaile (que habría pagado 2.000 millones de pesos para que se dilatara un proceso en su contra).
De igual manera, en la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, avanza el proceso contra el exmagistrado Leónidas Bustos, quien recientemente apareció en una audiencia desde el exilio en Canadá donde se defendió de los señalamientos que pesan en su contra por este mismo escándalo.