Los restos encontrados el pasado 20 de septiembre en una finca en zona rural de Belacázar, en Caldas, si corresponden a los del padre Rubén Darío Valencia Uribe, quien desapareció desde finales de abril de este año, cuando salió a vender su camioneta Nissan Frontier en Pereira, Risaralda.
El laboratorio de genética de Medicina Legal, con sede en Cali, ya notificó a los familiares y a la comunidad religiosa a la que estaba adscrito el religioso en la capital de Risaralda.
Desde el primer día del hallazgo de los restos las autoridades, familiares y allegados tenían certeza de que eran los del sacerdote, pues tenía las mismas prendas del día de su desaparición y estaba en la misma zona de ladera en la que había confesado el principal sospechoso de haberle causado la muerte.
La Diócesis de Pereira también informó a la comunidad que las honras fúnebres del sacerdote Darío serán el próximo jueves 10 de octubre en la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza del Centro de Pereira.
Recordemos que el Padre Valencia había desaparecido desde el mes de abril y unos días después encontraron su camioneta guardada en un parqueadero de Viterbo, municipio aledaño al sitio del hallazgo del cuerpo.
El vehículo tenía un impacto de bala en el interior y faltaba la silla trasera, además, tenía algunas trazas de sangre.
En ese entonces, en el municipio empleados de un lavadero de carros comentaron a las autoridades que una persona había ido a lavar la camioneta, pero solo permitió que la asearan por dentro, añadió que estaba llena de fango.
El padre Darío Valencia Uribe era oriundo del municipio de Risaralda en Caldas y estaba prestando sus servicios como párroco en una de las comunidades de Pererira.
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