
En un operativo internacional coordinado entre Colombia y Brasil, las autoridades capturaron a Carol Viviana, una colombiana señalada como una de las delincuentes más buscadas por robar una joya histórica vinculada al papa Pío XII. La pieza, un rosario de oro, madera y lino fabricado en el siglo XIX, era custodiada en un museo brasileño y está valorada en más de 8.000 millones de pesos colombianos (2 millones de dólares).
El robo que conmocionó a Brasil
La reliquia, conocida como el "Benedictin Rosari", era considerada de incalculable valor histórico y religioso. Según las investigaciones, Viviana, presuntamente vinculada a una organización criminal, viajó a Brasil con el objetivo específico de sustraerla. El hurto se realizó tras una meticulosa planificación, y la pieza fue vendida en el mercado negro por apenas $400.000 dólares, una fracción de su valor real.

El caso generó indignación en Brasil y activó una alerta global con Interpol, que emitió una circular roja para localizar a la sospechosa. Las autoridades rastrearon movimientos financieros sospechosos que llevaron a Bogotá, donde Viviana intentaba ocultarse.
La captura en Bogotá
Un equipo de la DIJÍN, en colaboración con las autoridades brasileñas, ubicó a la fugitiva en el barrio Bosa, al sur de Bogotá. "Gracias al trabajo de cooperación internacional, logramos su captura", declaró Sergio Camargo, jefe del grupo de investigaciones de Interpol Colombia.
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Aunque la mujer ya está detenida, el paradero de la joya sigue siendo un misterio. Las investigaciones indican que ha cambiado de manos varias veces en el mercado ilegal, y las autoridades continúan los esfuerzos para recuperarla.