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Árbitro argentino contó cómo ‘Popeye’ lo amenazó previo a partido de Nacional en Libertadores

Carlos Espósito pitó la semifinal del 89 en Medellín ante Danubio de Uruguay. Le entregaron US$250.000 y los sicarios le dijeron: “ya saben qué tienen que hacer”.

Luis Carlos Perea, Copa Libertadores 1989
Luis Carlos Perea con la Copa Libertadores de 1989 - Twitter: @retroverdolaga
Twitter: @retroverdolaga

Una curiosa anécdota salió a la luz, 31 años después, relacionada con el narcotráfico en el fútbol colombiano: la presión que el Cartel de Medellín ejerció sobre los rivales de Atlético Nacional en la Copa Libertadores de 1989.

El 17 de mayo de ese año, Espósito fue comisionado para pitar el partido de vuelta, en Medellín, entre Nacional y Danubio de Uruguay, partido que de ida había quedado empatado a cero goles.

Una vez llegaron a Medellín, con los asistentes Juan Bava y Abel Gnecco, cuenta Espósito a la Radio la red, en el programa ‘Un buen momento’ , que fueron recogidos en el aeropuerto por árbitros colombianos (que no quiso mencionar), quienes en el recorrido entre Rionegro (el aeropuerto) y Medellín, les iban contando en dónde arrojaban los cuerpos de árbitros que no habían querido recibir sobornos de los narcos.

Escuche acá parte del audio:

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Ya en el hotel, Espósito reveló que entraron en la habitación que compartía con sus compañeros, un grupo de sicarios, “armados y drogados” y entre ellos alias ‘Popeye’, quien, metralleta trenzada, les puso un maletín con 250.000 dólares para “que hicieran lo que ya saben”, y que podían sacar el dinero tranquilamente por el aeropuerto.

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Los árbitros rechazaron el soborno, dos veces, y pensaron en huir, pero otro árbitro les advirtió: “miren por la ventana” para ver afuera a “sicarios armados” vigilando desde las afueras del hotel.

Afortunadamente, Nacional goleó al Danubio, seis goles a cero. No obstante, los árbitros decidieron volar esa misma noche a Bogotá, adelantando su vuelo, en donde coincidieron con el Danubio. Una persona del cuerpo técnico uruguayo les preguntó “¿qué tal la pasaron?”, dejando entrever que al equipo rival también lo habrían presionado los sicarios de Escobar.

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