Sobre la historia de Mishima aún quedan muchos vacíos. Fue una de las plumas más prolíficas de Japón y el escritor oriental más conocido en Occidente. De incansables ideas, decenas de libros y valores inamovibles en medio de un país que estaba reinventando su ideología.
En su libro autobiográfico Confesiones de una máscara narra sus recuerdos al nacer. Mishima recordaba el platón de agua en el que había sido bañado siendo solo un bebé y la sala de partos donde había visto por primera vez la luz. Desde estos primeros escritos hasta los últimos segundos de su vida dejan una sensación inquietante.
Varios eruditos alrededor del mundo han explorado su vida y obra sin si quiera acercarse a las respuestas que lo llevaron a suicidarse de forma despiadada y extrema, abriéndose el estómago con un cuchillo afilado hasta sacarse los intestinos y esparcirlos por el suelo.
Su muerte fue el primer harakiri que se perpetró en Japón desde el término de la Segunda Guerra Mundial. Según los seguidores de Mishima, lo hizo por amor al emperador y a los valores tradicionales que seguía fervientemente. Su objetivo era conmover e inducir a los soldados a un golpe de estado en contra del capitalismo y regresar a los principios tradicionales de Japón.
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Tras su intento fallido ingresó a un cuartel militar de Tokio y ayudado por 4 de sus seguidores, Mishima se autoinmoló. Ese mismo día había secuestrado al general en jefe de las fuerzas de autodefensa japonesas. Estos hechos ocurrieron el 25 de noviembre de 1970, cuando el escritor contaba con 45 años.
El método llamado Seppuku en Japón o Harakiri en Occidente, era utilizado por los Samurái al verse al borde de la muerte o sin escapatoria y, como una alternativa para salvaguardar su honor.
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La muerte de Mishima, aunque casi imposible de explicar, se define como un acto de gran premeditación, como la culminación de su proyecto artístico. "Quiero hacer de mi vida un poema" fue la frase que utilizó hasta el día de su muerte. Cuando los médicos japoneses le hicieron la autopsia a su cuerpo, establecieron que nadie se había perforado a sí mismo con tal profundidad y longitud.
Sin embargo, Mishima será recordado por su aporte cultural y artístico a la cultura japonesa y a la literatura contemporánea. La escritura y los valores eran los dos pilares fundamentales de su vida. Mishima terminaba sus novelas y obras de teatro en una media de cinco meses y en total, se resumen a 36 volúmenes escritos en 21 años de carrera literaria.
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