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Los ETCR de Guajira y César ofrecen alternativas de transformación a cinco años del Acuerdo de Paz

En el ETCR Tierra Grata, Cesar, más de 120 excombatientes le apuestan a proyectos basados en el turismo.

El 24 de noviembre de 2016, tras cuatro años de negociaciones, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el gobierno colombiano firmaron el histórico acuerdo de paz para detener la confrontación armada iniciada en la década de 1960.

Blu Radio recorrió los Antiguos Espacios de Capacitación y Reincorporación de Pondores en La Guajira y de Tierra Grata en el Cesar, para conocer de cerca los proyectos productivos con los cuales han salido adelante, su transición a la legalidad después de cinco décadas de conflicto y el aporte del Estado en este proceso.

A pocos minutos de Valledupar, se encuentra Tierra Grata, un ECTR que cuenta con 120 excombatientes de las FARC que se comprometieron con la paz. Desde que entregaron las armas, se han dedicado día y noche a construir un proyecto productivo basado en el turismo y en el que el encargado de recibir a los visitantes es don Félix, quien dejó atrás la guerra para tener una vejez más tranquila.

"Mucha gente por ahí dice ¿ustedes van para Tierra Grata, para dónde la guerrilla? Pero cuando llegan aquí ven que es totalmente diferente, ven un espacio de reincorporación que construye paz. Nuestro proyecto está basado en lo ecoturístico y por eso creamos un restaurante para que los turistas en el César disfruten de una buena comida y se alberguen en los alojamientos rurales donde también podrán hacer senderismo", dijo Alcides Rivera, Reincorporado FARC de Tierra Grata.

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Él es quien guía a los turistas hasta una réplica de lo que en su momento fue un campamento guerrillero, que recrearon a 10 minutos del espacio de reincorporación, con el fin de que conozcan personalmente cómo fue aquella época en la selva, pero hoy, con un significado que los lleva a la reconciliación.

"Yo soy el encargado de conducir a los turistas al sitio que antes se conocía como un campamento guerrillero de las FARC EP, pero que ahora recibe el nombre de un campamento de memoria histórica. Decidimos reconstruir una réplica de los cambuches donde dormíamos, las cocinas donde preparábamos los sancochos guerrilleros y las aulas donde recibíamos clases de combate y de política, para que escuchen las historias de aquella difícil vida de lucha, cómo fue el tránsito a la legalidad y las acciones que hemos hecho para construir paz", añadió Rivera.

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Con sus propias manos y el sudor de sus frentes, trabajan en el sueño. Actualmente fabrican los ladrillos que necesitan para la construcción de 150 viviendas que serán el futuro de sus hijos.

"El sueño que siempre hemos tenido, es el de contar con una casa propia para nuestras familias y poco a poco lo estamos haciendo realidad con la construcción de 150 viviendas. Para tener esas casas, trabajamos día y noche en la fabricación de los 900 mil ladrillos que se necesitan para edificar las viviendas ", aseguró Carlos Alberto Guzmán, Reincorporado FARC de Tierra Grata.

En la mañana, Carlos le pone el hombre al trabajo de la construcción, pero en la tarde se pone en el papel de odontólogo, que aprendió empíricamente cuando estaba en las filas de la guerrilla.

"Había muchos combatientes en la guerrilla que tenían dolor de muela. Un día uno me dijo, hermano yo no me aguanto este dolor, usted por qué no me saca la muela de una vez, y yo le contesté que nunca había sacado una muela. Entonces me dijo sino sabe, va a tener que aprender porque estoy que me revuelco del dolor. Entonces como yo había visto como hacía el médico, lo inyecté y al rato comencé a sacarle la muela", puntualizó Guzmán.

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Carlos construye paz a través de su profesión, porque no solo es el encargado de mantener la sonrisa perfecta de los reincorporados, sino de atender a los campesinos de la región y organizar brigadas de salud.

"Todo esto lo hace uno con el fin de construir paz. Nosotros aquí a veces hacemos campañas en los pueblos para adelantar brigadas de salud junto a otros excombatientes que tienen ese conocimiento de la medicina, por ejemplo, llevamos todo lo que es odontología para que tengan un buen cuidado bucal y preserven su dentadura", contó.

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Desde Pondores, en la Guajira, a un costado de la Serranía del Perijá, está La Granja San Luís, un espacio donde la agricultura es el eje central de la reincorporación, un galpón de más de 2.500 gallinas, es muestra de compromiso de un trabajo de mujeres y hombres que además proveen de huevos a la población en reincorporación y las comunidades del corregimiento de Conejo en Fonseca.

"En el ETCR de Pondores tratamos de producir un huevo orgánico. Tenemos a nivel nacional un huevo de alta calidad, porque somos pioneros en criar gallinas de libre pastoreo. Incluso en la pandemia los precios del huevo se dispararon en La Guajira y junto a los excombatientes lo mantuvimos a unos precios justos y asequibles para todos los pobladores. Esto quiere decir que los reincorporados están aportando desde sus proyectos productivos, a solventar una parte de la crisis alimentaria que se generó a raíz de la pandemia", explicó Darwin Brito, experto agropecuario del ETCR Pondores.

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Aunque se ha avanzado en algunos puntos del acuerdo de paz, Solís Almeida, excomandante guerrillero, insiste con que el camino se recorre con tiempo y con trabajo.

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"Presentar un balance positivo del acuerdo de paz sería difícil y es difícil porque aquí hay cosas que no se han implementado. Uno no ve a este gobierno trabajando realmente por la implementación del acuerdo. Aquí ha habido una simulación del cumplimiento del acuerdo, porque por ejemplo en temas de la participación política, no ha habido una reforma que garantice la participación de los movimientos minoritarios en igualdad de condiciones a otros partidos, ya ahí estamos mal porque ese es el punto dos del acuerdo", aseguró Solís Almeida, excomandante de las FARC.

Lo que más preocupa en los antiguos ETCR son las amenazas de algunos grupos armados y el asesinato de casi 300 excombatientes de las FARC tras dejar las armas.

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"Hay muchas amenazas, panfletos contra los excombatientes. Por ejemplo, se han registrado algunas llamadas, que le hicieron a una compañera que es la consejera de género, le hicieron dos llamadas citándola a hablar a nombre del Clan del Golfo. Y también a otro compañero, que es el vicepresidente de la junta comunal, lo citaron a hablar a nombre del Clan del Golfo", añadió Solís.

A pesar de las dificultades, los excombatientes reiteran que están comprometidos con el acuerdo y aspiran que la paz sea estable y duradera.

"Es muy triste ver que han asesinado a más de 280 de nuestros compañeros, todo por la falta de garantías para que se cumplan nuestros derechos, como el derecho a la vida. A pesar de todas esas dificultades y de pronto la desazón que se nota en algunos firmantes del acuerdo de paz, todavía seguimos confiando en que va a haber un timonazo hacia la dirección correcta del acuerdo. Me sorprende la tenacidad de muchos firmantes que mantienen la convicción de que este acuerdo será estable y duradero. Estamos comprometidos con el acuerdo y queremos seguir cumpliéndolo", afirmó Germán Gómez.

De acuerdo con cifras de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, en Colombia son 12.920 excombatientes quienes avanzan en su proceso de tránsito a la vida civil desde la legalidad, es decir, más del 93% de quienes firmaron La Paz en 2016, un ejemplo de compromiso.

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