El pasado 4 de abril el mundo supo que el director general de Tesla y Space X, era el principal accionista de Twitter: Elon Musk estaba adquiriendo para la fecha 73.486.938 acciones de la red social. Una noticia que hizo que las acciones de Twitter se dispararan un 25% de manera increíblemente rápida.
Solo unas semanas después Musk sorprendió a la junta directiva de Twitter, al proponerles en una reunión en California la compra de la red social, algo que nadie se esperaba, incluidos los directivos de Twitter.
El dueño de la red social, por su parte, anunció el 25 de abril que había aceptado su oferta. Sin embargo, semanas posteriores al acuerdo se produjo la caída de las acciones tecnológicas y el valor de Twitter también cayó. Además de eso, Musk solicitó a los directivos las cifras oficiales de la cantidad de bots que tenía la red social y la junta directiva respondió que eran menos del 5% de los usuarios activos diarios, pero esto lejos de contentar al director de Space X, lo enfureció ya que afirmaba que las cifras no eran reales.
El trato comenzó a desmoronarse, y es que, el 8 de julio, Musk anunció que quería retirarse del acuerdo pero Twitter no lo aceptó. Argumentó que el acuerdo de Musk para comprar la compañía era legalmente vinculante y que deshacer el trato le traería consecuencias legales.
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La compañía le exigía a Musk garantías de que iba a cumplir con el acuerdo y según los medios de comunicación se comenzó a considerar una supervisión judicial para, en caso de no cerrarse el negocio, exigir el pago de intereses al magnate por retrasar la compra.
Días más tarde, cuando Musk, Twitter y el juez se estaban preparando para lo que parecía un caso judicial, el empresario le dio un giro inesperado al caso y anunció que el trato estaba en pie una vez más. Musk terminó comprando la red social el 27 de octubre de 2022 por la suma de $44.000 millones de dólares.
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Pero allí no paró todo, a partir de ese momento se enfrascó en diversas polémicas por el manejo que le estaba dando a la red social y el anuncio de sus ambiciosos planes, entre ellos, alcanzar los 931 millones de usuarios para el siguiente año.
Además, se planteó como objetivo lograr que la red social alcance unos ingresos anuales de $24.000 millones de dólares hacia 2028 y, para tener una idea, los ingresos de la compañía el año pasado fueron de $5.077 millones.
En 2022, el mundo, además, presenció diversas polémicas del multimillonario, entre las cuales figuraron convertir algunas oficinas de Twitter en dormitorios para empleados, afirmar que temía por su vida luego de retwittear un hilo sobre el hijo de Biden, un bombardeo de demandas por despidos masivos en Twitter, despedir a un trabajador por corregirle en la red social y el memorable cobro de 8 dólares al mes a cuentas verificadas.
Además, varios famosos se declararon en contra del multimillonario y su actuar y dejaron la red social. Uno de ellos fue Moby. El cantautor, conocido por su activismo animal, fue crítico con los pensamientos que Elon Musk comparte en la plataforma en nombre de la “libertad de expresión” y a principios de diciembre cerró Twitter por esta razón.
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“Este será mi último tweet”, manifestó el artista. “Anoche @elonmusk publicó un meme antisemita, una historia falsa de CNN y una imagen de armas en su mesita de noche. @Twitter se ha convertido en un pozo negro de racismo, antisemitismo, desinformación y odio tonto de la derecha alternativa, y es hora de irse”.