En el marco de la COP16 , Fabio Arjona, vicepresidente de Conservación Internacional para Colombia, destacó la importancia de los mecanismos financieros y de cooperación internacional para la protección de la biodiversidad en el país.
Desde la zona azul de la cumbre que se realiza en Cali, donde representantes de más de veinte mil personas y diversas organizaciones se reúnen, Arjona explicó en diálogo con El Radar, de Blu Radio, cómo los fondos y proyectos de financiamiento pueden ser clave para enfrentar la crisis ambiental que impacta a Colombia, uno de los países más biodiversos del planeta.
Uno de los temas centrales fue el Fondo para la Vida y la Biodiversidad, un esfuerzo nacional financiado con recursos derivados del impuesto a los combustibles fósiles, según explicó Arjona: “Este fondo no tiene cooperación internacional. Es una decisión que toma el Gobierno de concentrar los recursos ya existentes específicamente en temas de conservación y biodiversidad”.
Ese fondo, aun en sus primeras etapas, es un esfuerzo para destinar capital exclusivamente hacia la protección de la riqueza natural del país, en un modelo pionero y local que podría servir de ejemplo para otras naciones.
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Arjona también habló sobre el programa “Un Millón de Corales para Colombia”, proyecto que ya alcanzó su meta de sembrar un millón de corales en trece sitios del país. “Ha sido una experiencia única en el planeta”, afirmó, resaltando que aunque ya se cumplió la meta inicial, el trabajo debe continuar debido a las múltiples amenazas que enfrentan los arrecifes, como la contaminación y el cambio climático.
En cuanto a las expectativas de conservación internacional para la COP16, Arjona mencionó la necesidad de avanzar en temas de financiamiento. Uno de los debates radica en si es mejor crear un nuevo fondo global o fortalecer mecanismos ya existentes, como el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF).
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“Fortalezcamos al GEF, que ya tiene treinta años de experiencia, en lugar de crear nuevos fondos que implican burocracia y nuevas reglas de juego”, recomendó Arjona, destacando la importancia de optimizar los recursos y reducir la complejidad de los procesos de financiación.
Finalmente, Arjona enfatizó la urgencia de eliminar “incentivos perversos” en la economía que afectan negativamente a la biodiversidad, una propuesta que sugiere revisar y reorientar políticas económicas que, aunque bien intencionadas, suelen causar daños ambientales.