Durante la entrevista, Polilla reveló cómo vivió los momentos previos a su partida y cómo logró acompañarla en sus últimos instantes a pesar de que ya se encontraba sedada y bajo un delicado estado de salud.
Nelson Polanía recordó que fue el miércoles 18 de septiembre cuando dejó a su compañera de vida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI ) alrededor de las 10:00 p.m.
Esa noche, al ingresar al hospital, se encontró con el mismo equipo médico que había atendido a Fabiola hace aproximadamente diez años, cuando sufrió varios infartos. "Yo le decía a ella ‘eso es premonitorio’", comentó Polilla durante la entrevista, refiriéndose al hecho de que Fabiola había sido ingresada al mismo cubículo en el que estuvo una década atrás.
A pesar de la gravedad de la situación, ambos compartieron un momento de humor, como solían hacerlo en su vida cotidiana. Fabiola bromeó diciendo: "oiga, tanto tiempo y yo me perdí, no les traje nada, qué pena con ustedes". Este tipo de interacción caracterizaba su relación, llena de risas y amor.
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Polilla se despidió esa noche con un mensaje de aliento y un beso, sin imaginar que a las pocas horas recibiría una llamada de la Clínica Colombia informándole que la salud de su esposa había empeorado. A las 1:00 a.m., le notificaron que debían intubarla debido a problemas respiratorios.
Dos horas después, a las 3:00 a.m., volvió a recibir una llamada en la que se le informó que los medicamentos no estaban funcionando como se esperaba y que sería necesario que él y su familia se presentaran en el hospital.
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Al llegar al hospital, el médico sugirió que Polilla le hablara a Fabiola , asegurándole que, a pesar de estar sedada, ella lo escuchaba. El humorista no dudó en hacerlo y, poco después, pidió la presencia de un sacerdote para que le aplicara los santos óleos. Este momento fue presenciado por los nueve integrantes de la familia, quienes se encontraban reunidos en torno a ella.
Hacia las 10:45 a.m., una enfermera se acercó a la familia para comunicarles que el estado de Fabiola había empeorado drásticamente y que las probabilidades de su muerte eran de entre el 90% y el 95%. Fue entonces cuando Polilla y su hijo David entendieron que el momento de la despedida había llegado.
Polilla compartió uno de los detalles más emotivos de ese último adiós. Recordó que él y Fabiola tenían un código secreto en el que se apretaban el pulgar para decirse "Te amo" sin necesidad de palabras. En ese momento crucial, Polilla apretó el dedo de su esposa, pero no recibió respuesta, lo que le hizo entender que era la primera vez en su vida que ella no correspondía a ese gesto.
"Le dije 'mi amor, te estoy cumpliendo. Siempre te prometí que estaría hasta el último momento (...) Vete tranquila, te amo, te adoro, gracias por todo", relató Polilla con la voz entrecortada por la emoción. En medio de ese conmovedor adiós, su hijo colocó en el celular la canción "Me gustas tanto" de Mickey Taveras, el tema que había marcado el inicio de su historia de amor.
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Finalmente, con esa melodía de fondo y las palabras de amor de Polilla resonando en la habitación, Fabiola partió al siguiente plano. "Ahí fue donde se me murió", expresó Polilla, con lágrimas en los ojos, al recordar ese momento lleno de dolor, pero también de amor y gratitud por el tiempo compartido juntos.
Esta emotiva despedida de La Gorda Fabiola no solo ha conmovido a los seguidores de la pareja, sino que también ha resaltado la fortaleza y el amor inquebrantable que los unió durante más de tres décadas.
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