La difícil relación entre Rusia y Occidente, que se ha vuelto a tensar a raíz de la concentración militar de Moscú en torno a Ucrania , ha sido una importante fuente de inspiración para el cine, que no ha desaprovechado las ocasiones de retratar las desavenencias entre los dos bloques, a menudo en películas de suspense, pero también en comedias.
A continuación, repasamos algunos de los títulos más significativos en la historia del séptimo arte.
NINOTCHKA (1939)
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Las suspicacias entre Occidente y la URSS ya existían antes del inicio de la Guerra Fría, tal y como demuestra esta obra maestra de Ernst Lubitsch, en cuyo guion trabajó Billy Wilder. En esta sátira protagonizada por Greta Garbo se presenta a una enviada especial del régimen comunista que debe concluir en París la venta de unas joyas confiscadas a la nobleza rusa, pero termina fascinada por el sistema capitalista.
La película, la anteúltima en la que participó la actriz sueca, supuso un cambio de registro para la intérprete, conocida hasta entonces por unos papeles más serios, por lo que en la campaña promocional se utilizó la frase “¡Garbo ríe!”.
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INVASION OF THE BODY SNATCHERS (LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS, 1956)
Con la Guerra Fría ya en marcha, Don Siegel dirigió esta película con toques de cine negro sobre una invasión extraterrestre, metáfora habitual de la conquista soviética. Las esporas de unas plantas alienígenas llegan a la Tierra y dan lugar a vainas de las que salen dobles de seres humanos, pero sin emociones, que van sustituyendo a los individuos originales.
En contraste con quienes han visto en la cinta una crítica a la homogeneización y la pérdida de libertades en los regímenes comunistas, también se ha interpretado como una denuncia de la caza de brujas de McCarthy.
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ONE, TWO, THREE (UNO, DOS, TRES, 1961)
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En este caso, la invasión no es militar ni extraterrestre, sino comercial, puesto que el protagonista al que da vida James Cagney, un ejecutivo de Coca-Cola en Berlín Occidental, pretende introducir el refresco en el mercado de la URSS. Sin embargo, la llegada a la ciudad alemana de la hija de su jefe le obligará a cambiar de prioridades.
Billy Wilder vuelve a tratar el choque entre capitalismo y comunismo tras "Ninotchka", esta vez no solo como guionista, sino también como director, en esta aguda comedia repleta de diálogos brillantes.
THE MANCHURIAN CANDIDATE (EL MENSAJERO DEL MIEDO, 1962)
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La paranoia anticomunista alcanza su máxima expresión en este “thriller” de John Frankenheimer con Frank Sinatra, Angela Lansbury o Janet Leigh en el reparto. Estrenado en plena crisis de los misiles de Cuba, el argumento incluye lavados de cerebro y conspiraciones presidenciales.
En 2004 se estrenó una nueva versión protagonizada por Denzel Washington y Meryl Streep, y dirigida por Jonathan Demme.
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DR. STRANGELOVE OR: HOW I LEARNED TO STOP WORRYING AND LOVE THE BOMB (TELÉFONO ROJO, ¿VOLAMOS HACIA MOSCÚ?, 1964)
Stanley Kubrick critica con ferocidad la carrera nuclear y el peligro de la destrucción mutua asegurada en una de las mejores comedias de la historia del cine. Especialmente recordados son la interpretación de tres personajes por parte de Peter Sellers y el desenlace, con explosiones nucleares al ritmo de “We´ll Meet Again”.
REDS (ROJOS, 1981)
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Warren Beatty dirige, escribe y protagoniza esta película biográfica sobre el periodista John Reed, uno de los tres ciudadanos estadounidenses enterrados en la Necrópolis del Kremlin y que se hizo célebre por "Diez días que sacudieron el mundo", crónica de la revolución rusa de octubre de 1917.
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Beatty opta por un tono épico y academicista que le valió el Óscar al mejor director.
RED DAWN (AMANECER ROJO, 1984)
Con Ronald Reagan en la Casa Blanca, se estrenó en los cines estadounidenses esta película que imaginaba una invasión soviética en la primera potencia mundial. Protagonizada por Patrick Swayze y Charlie Sheen, el paso del tiempo la ha convertido en una cinta de culto, a pesar de la pobre acogida que tuvo por parte de la crítica.
THE HUNT FOR RED OCTOBER (LA CAZA DEL OCTUBRE ROJO, 1990)
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La primera adaptación cinematográfica de las novelas sobre Jack Ryan escritas por Tom Clancy se desarrolla en los últimos años de la Guerra Fría, con un capitán de un submarino soviético (Sean Connery) que pretende desertar a Estados Unidos.
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BRIDGE OF SPIES (EL PUENTE DE LOS ESPÍAS, 2015)
El aspecto más logrado de este drama histórico dirigido por Steven Spielberg es su retrato humanista del espía soviético al que interpreta un excelente Mark Rylance, ganador del Óscar por este trabajo. Con una presentación de los personajes alejada de los enfoques simplistas y unidimensionales, la película permite empatizar y comprender a Rudolf Abel tanto como al protagonista estadounidense al que da vida Tom Hanks.
DONBASS (2018)
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El cineasta nacido en Bielorrusia ergei Loznitsa presenta la realidad del Donbás, centro del conflicto entre Ucrania y Rusia desde 2014 y que en las últimas semanas amenaza con extenderse a toda la antigua república soviética.
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