En la historia, Sandra Bullock encarna a Malorie, una mujer que lucha por salvar a sus dos pequeños hijos de unos monstruos que llevan al suicidio si alguien los ve.
Para evitarlo, ella recorre un río con los ojos tapados, junto a sus dos pequeños, buscando una comunidad en la que estarán protegidos.
Al final de la película, ellos logran llegar a la comunidad, que resulta ser una escuela para ciegos. Sin embargo, el escrito de Malerman tiene muchas diferencias con la película, incluyendo el final.
En el libro, los integrantes de esta comunidad decidieron sacarse los ojos para evitar ver aquello que terminó con gran parte de la humanidad.
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De acuerdo con Susanne Bier, directora de la película, decidió alterar un poco el final para que las personas pudieran tener un cierre esperanzador.
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