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Jaime Camil, el actor mexicano que “metió el pie en el agua” para interpretar a Vicente Fernández

El actor reveló lo que significó asumir el reto de encarnar a Vicente Fernández en su edad adulta: “Nadie tiene ni tendrá su voz”.

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Jaime Camil
Foto: Blu Radio

El actor mexicano Jaime Camil, quien interpreta a Vicente Fernández en su etapa adulta en ‘El Rey’, la exitosa serie de Caracol Televisión, reveló detalles del reto que significó darle vida a este ídolo de la música que “Colombia lo adoptó con mucho cariño”, al igual que Latinoamérica.

En diálogo con Mañanas Blu, cuando Colombia está aire, contó una increíble anécdota que, por poco, lo deja fuera de los actores elegidos para participar en la serie. Según dijo, en México decían que “no estaba disponible” por otros proyectos y cuando se enteró se sorprendió.

“Fue una mable invitación de Caracol Televisión, me estaban buscando desde hace meses para interpretar el personaje, pero por alguna razón las agencias de casting en México decían que yo no estaba disponible, puras mentiras, yo ni estaba enterado de la serie”.

El reto de interpretar a Vicente Fernández

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Camil comentó que el verdadero reto fue alejarse de la parodia, pues “tenía que hacerlo humano” y que “conectara con el corazón del público”. Además, la producción quería que fuera lo más alejado a una parodia, pues querían capturar la verdad de lo que representó y fue la vida del ‘El Rey’.

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Para eso tuvo que adoptar formas de hablar, “pinceladas para lograr una conexión e interpretación artística” sin exagerar. Incluso, aseguró que perfeccionó su voz para poder alcanzar algunas de las notas musicales a las que llegaba Vicente Fernández.

Nadie tiene ni tendrá la voz de Vicente”, mencionó el actor. A esto se suma que, según explicó, siempre quiso mantenerse “fiel al estilo” que él (Vicente) tenía, por lo que primero metió “el pie en el agua”, para ver qué tan exigente era llegar a esos tonos.

“Me metí al estudio y me sorprendió gratamente de que llegara a esos tonos. Fue un proceso y poco a poco me metí esa voz a mis huesos, para no sonar como un gato castrado. Fue muy bonito, con cierta comodidad”.

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